En marcha plan para sacudir del tren a la migracin ilegal
Hector Estrada

Aunque su función es servir como tren de carga, actualmente se estima que el ferrocarril que recorre la costa chiapaneca y el Istmo de Tehuantepec transporta a diario entre 700 y mil pasajeros inmigrantes centroamericanos que en pleno movimiento suben a este medio de transporte para cumplir una escala más en su viaje a los Estados Unidos; sin embargo, pronto el tren podría ser inabordable.
Hace unos días la empresa Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT), operador de la vía del Chiapas Mayab, anunció una inversión de 211 millones de pesos que de manera discreta se comenzaron a aplicar desde el pasado 1 de junio. La derrama económica simplemente busca mejorar la calidad de las vías para tener en menos de dos años un tren más rápido.
Pese a que se señaló que dicha inversión busca minimizar el riesgo de accidentes, el propio director de la empresa ferrocarrilera, Gustavo Baca, asumió que uno de los principales objetivos de este proyecto es hacer que la velocidad actual del tren pase de 15 kilómetros por hora a una velocidad superior a los 26 kilómetros por hora.
Reconoció que dicho recurso forma parte del Plan Nacional de Infraestructura, con una inversión global de 6 mil 58 millones de pesos para la modernización y rehabilitación del Ferrocarril Chiapas Mayab. 211 millones previstos para este año que se aplicarán en el cambio integral de 100 kilómetros de vías y el insertado de 150 mil durmientes de concreto.
Así, el sureste tendrá para a finales de 2015 un tren más veloz y con mayor capacidad de carga; un vehículo que necesitará de migrantes más habilidosos para poder trepar en su lomo; un medio de transporte menos accesible para los miles de migrantes que diariamente lo utilizan a fin de facilitar su tránsito por territorio mexicano.
Ya el mismo el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, lo advirtió hace sólo unos días al adelantar la elaboración de una estrategia nacional para evitar que los migrantes sigan subiendo al tren en su intento por llegar a la unión americana.
«Vamos a poner orden, no podemos seguir permitiendo que pongan en peligro sus vidas. Es nuestra responsabilidad al estar en nuestro territorio. La Bestia es para carga, no de pasajeros; tendremos que entrar en su regularización y en próximos días anunciaremos algo al respecto», señaló tajante Osorio Chong.
Es un proyecto que seguramente tendrá un impacto directo en el desplazamiento de la migración centroamericana por Chiapas, pues se calcula que tan sólo durante los primeros cuatro meses del año unos 20 mil migrantes utilizaron los trenes mexicanos de manera clandestina. Las cifras no son exactas; pueden ser tres o cuatro veces superiores.
Según estimaciones oficiales, alrededor 140 mil centroamericanos indocumentados cruzan cada año la frontera sur. Son cálculos que también podrían estar siendo minimizados, tomando en cuenta que -de acuerdo a datos del gobierno federal- anualmente dos millones de personas pasan esta misma frontera de manera legal. Un éxodo interminable que con el pasar de los años parece encrudecerse.
Con un tren veloz los migrantes podrían enfrentarse a un nuevo factor de riesgo, una situación que ni las cuantiosas muertes y mutilaciones por atropellamiento, la inseguridad y los constantes descarrilamientos sospechosos habían podido mermar; tal vez, el tren tenga en su velocidad la medida efectiva para sacudirse a la migración ilegal que por años a cargado encima.
Y es que, un reciente reporte del Instituto Nacional de Migración (INM) refiere que ese organismo atendió tan sólo en los primeros seis meses del 2014 a unos 360 heridos o mutilados por viajar clandestinamente en los trenes mexicanos, cifras que también podría estar alejadas del número real de heridos o asesinados por las vías del Chiapas Mayab.
La realidad es que Chiapas aún no es una frontera amiga, sigue siendo un territorio de riesgos y múltiples obstáculos de tránsito para miles y miles de personas indocumentadas. «La Bestia» como fue bautizado por Televisa, es eso, un monstruo de metal al que hay que enfrentarse, arriesgando la vida para agilizar el camino hacia el «sueño americano».

Los desplazados; un problema más allá de los presupuestos

Retomando el latente tema de los desplazados, a finales de la semana pasada se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el acuerdo entre Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y el Estado de Chiapas con el que se establecen los mecanismos para atender a la población indígena desplazada en los municipios de Chalchihuitán, Ixtapa y Ocosingo.
En total se autorizó un recurso de tres millones 600 mil pesos para la adquisición de nuevas tierras de cultivo y solares urbanos que permitan dar certidumbre a los tres grupos indígenas que permanecían sin lugares donde habitar de manera legal.
Aunque resulta aplaudible estas acciones coordinadas entre los gobiernos federal y estatal, serán necesarios esfuerzos mayores para poder incidir de mayor manera en la problemática.
No es suficiente la asignación de presupuestos millonarios para la compra de tierras si no se trabaja de forma directa en la gobernabilidad de las comunidades indígenas, pues con lo persistente del problema no habrá recurso económico suficiente para dotar de propiedades a las miles de familias que actualmente siguen huyendo de pueblos violentos y sin ley.
Hoy las cifras calculan a un promedio de 30 mil desplazados y más que se le siguen sumando con el paso del tiempo, lamentablemente aquí la tarea es mucho más compleja de la que las autoridades quieren verla.

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