Escenarios capitalinos
Rodrigo Ramn Aquino

Fácil es recordar que Samuel Toledo llegó a la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez impulsado por la alianza conformada por el PRI y el Partido Verde. Dicha alianza estuvo encabezada por el tricolor. Es decir, a la capital de Chiapas la gobierna el Revolucionario Institucional en un estado que se pintó de verde.
Por ello parece obvio el distanciamiento entre el edil capitalino y el gobernador. Un distanciamiento que poco a poco se fue haciendo inocultable, al punto de la marginación, y por el que Toledo se refugió a últimas fechas, y ya sin medias tintas, en las filas priístas.
De continuar la alianza de cara al 2015, es natural que los priístas pretendan continuar al frente, no obstante las circunstancias han cambiado rotundamente: el verde-ecologista más empoderado y con mayor influencia del país gobierna Chiapas y reclamará para sí y su partido a la capital.
¿Qué negociación tendrá que ocurrir para no romper en lo local esta alianza natural? Simple: ceder espacios.
Actualmente las dos diputaciones locales por Tuxtla las ocupan Noé Castañón (PRI) por el oriente y Emilio Salazar (PVEM) por el poniente. En el plano federal también se las dividen: Rosario Pariente (PVEM) y Willy Ochoa (PRI).
De ceder la cabeza de la alianza en Tuxtla, el tricolor podría hacerse de estas cuatro posiciones. Digamos un Alfredo Araujo y un Manuel Sobrino a las locales y un Noé Castañón y un Bayardo Robles a las federales. Incluso, Samuel Toledo tendría oportunidad de colarse a la LXVI legislatura local.

Ágora

Pero si se acuerda ir juntos en lo federal y separados en lo local, el Partido Verde tendrá que buscar aliados para hacer frente al voto duro y a la estructura del PRI capitalino.
Considerando que el satélite Chiapas Unido (antes Poch) se sumará de facto, falta definir si se alía con el PRD, que tendría en Carlos Morales a su virtual candidato, con quien el gallo verde tendría que ir a un proceso interno, o el PAN, bloqueando así las aspiraciones de un Paco Rojas, o una Vicky Rincón o una Mirna Camacho.
Pero hablamos de Manuel Velasco, el fenómeno electoral que sumó a su proyecto a panistas, perredistas, priístas y demás colores, por lo que aunque suene descabellado, podría conformar una gran alianza opositora al PRI.
Sea como fuere, esta elección intermedia es del gobernador y va a ganar quien él quiera que gane, por el partido que él quiera, considerando, además, que quien gane el 2015, prácticamente tiene en la bolsa el 2018.

Corrillo

[dropcap]S[/dropcap]i el PRI va solo tendrá en Willy Ochoa a su principal aspirante, quien confiará en la influencia de su padrino político, Manlio Fabio Beltrones, para hacerse de la candidatura. Para ello tendrá que sobreponerse a la voluntad del dirigente estatal, Roberto Albores Gleason, quien tiene en Noé Castañón a su leal escudero. En estas circunstancias, sólo la luz verde del gobernador le daría impulso a Bayardo Robles pa dar la pelea, pues mucho tendrá que trabajar para reducir los negativos que le dejarán las obras en Tuxtla que parecen no tener fin.

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