Esther Duflo, Premio Nobel de Economia 2019, tambien / Claudia Corichi

Esther Duflo ganó la edición 2019 del Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel. Este galardón lo comparte con su esposo Abhijit Banerjee (nacido en la India y nacionalizado estadounidense) y el norteamericano Michael Kremer.

Considero que esta edición del premio Nobel de Economía es especial ya que toca temas centrales de mi actividad política, profesional e intelectual: economía, mujeres y pobreza.

El premio les fue otorgado por haber realizado contribuciones relevantes en el campo de la economía del desarrollo; mediante la evaluación de políticas públicas e intervenciones sociales contra la pobreza, enfocada en aspectos concretos como salud, educación o acceso al agua potable. Es allí, donde podemos sentirnos orgullos@s l@s economistas de que nuestro campo sirva para resolver problemas sociales concretos.

Como lo señala la Real Academia de las Ciencias de Suecia, en la actualidad más de 700 millones de personas en el mundo sobreviven con ingresos extremadamente bajos y 5 millones de niños mueren cada año por enfermedades que podrían prevenirse de manera sencilla.

En el campo de la educación, sus estudios han encontrado que apoyar a los estudiantes rezagados y otorgar incentivos concretos a los maestros tiene efectos positivos en la permanencia escolar y los aprendizajes. En materia de salud se destaca la importancia de otorgar medicamentos gratuitos a las familias más pobres y llevarles servicios de salud para incrementar considerablemente las tasas de vacunación. Afortunadamente, esto demerita los argumentos antivacunas que han surgido incluso en países desarrollados.

Duflo y sus colegas han puesto la desigualdad en el centro de la discusión y permiten a los gobiernos y organizaciones no gubernamentales contar con herramientas efectivas para intervenir mejor en programas específicos contra la pobreza.

Celebro que Esther Duflo haya sido laureada, lo cual tiene un mérito adicional al ser la persona más joven en recibir la distinción (nació en París en 1972). Adicionalmente, no puedo dejar de mencionar que en las 51 ediciones del premio Nobel de Economía, en las que han sido reconocidas un total de 84 personas, sólo dos mujeres lo han recibido: la norteamericana Ellinor Ostrom (2009) y ahora ella.

Es evidente que todavía existe un sesgo de género, favorable a los hombres, al momento evaluar la calidad de las contribuciones académicas –aún en el primer mundo–; no obstante, la pléyade de brillantes mujeres economistas siempre ha existido: Rosa Luxemburgo, Joan Robinson, Anna Jacobson Schwartz, por mencionar algunas.

Esther Duflo, quien ha sido ubicada intelectualmente en la «centro-izquierda», ha tenido una brillante carrera en el mundo académico. Ganó la medalla John Bates Clark en 2010, la cual se otorga a destacados economistas norteamericanos menores de 40 años. Asimismo, en 2013 fue asesora en temas de desarrollo del entonces presidente Barack Obama.

En cuanto al tema premiado, el combate a la pobreza global, el trabajo de Esther Duflo y sus colegas ha permitido pasar, con éxito, de la teoría a la práctica para aliviar las condiciones de pobreza en situaciones y lugares concretos, por ejemplo, los más de cinco millones de niños en la India que se han visto favorecidos por programas para mejorar el rendimiento escolar. En 2003 cofundó el laboratorio de Investigación «Abdul Latif Jameel» sobre la pobreza, donde colabora con organizaciones de la sociedad civil y gobiernos.

Entre los libros que ha escrito destacan: Handbook of Field Experiments (con Abhijit Banerjee; North–Holland, 2017); y Poor Economics: a radical rethinking of the way to fight global poverty (con Abhijit Banerjee; Public Affairs, 2011). Éste último, que recomiendo ampliamente, ha sido publicado en 17 idiomas, la edición en español es de Taurus (2012) con el título «Repensar la pobreza: un giro radical en la lucha contra la desigualdad global» traducido por Javier Malo Díaz.

Sería conveniente que en México se aplicaran estrategias en el combate a la pobreza inspiradas en el enfoque de Esther Duflo y sus colegas. Las transferencias directas alivian situaciones límite (en algunos casos, sin la ayuda gubernamental muchas personas y familias no podrían comer hoy), pero es preciso crear las bases para la autonomía y autosuficiencia real de las personas pobres, y eso solo se alcanza con salud y educación permanentes.

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