Exigen al Senado aprobar Sistema Nacional de Cuidados

Organizaciones consideran que esta medida ayudaría a las mujeres a hacer frente a la pobreza

Anayeli García Martínez / Cimac Noticias 

Ciudad de México.- Ante la exclusión económica y la precariedad laboral en que vive la mayoría de las mexicanas, 64 organizaciones que integran «Acción Ciudadana Frente a la Pobreza», llamaron al Senado a aprobar la reforma constitucional para crear un Sistema Nacional de Cuidados, pendiente de discusión desde noviembre de 2020.

El coordinador de esta agrupación civil, Rogelio Gómez Hermosillo, también llamó al Legislativo a establecer una ruta para crear este sistema de cuidados, la cual debe incluir la participación de gobiernos estatales, iniciativa privada y sociedad civil y considerar recursos presupuestales suficientes.

En conferencia de prensa virtual, el también sociólogo recordó que hace más de un año, el 18 de noviembre de 2020, la Cámara de Diputados aprobó la reforma a los artículos 4 y 73 de la Constitución Política y la envió al Senado para su ratificación. Sin embargo, desde entonces las comisiones Para la Igualdad de Género y De Estudios Legislativos, Segunda, no han votado el dictamen correspondiente.

Gómez Hermosillo resaltó que garantizar un presupuesto para el sistema de cuidados no es un gasto sino una inversión que propiciará, casi de inmediato y en automático, mayor crecimiento económico y menor pobreza porque hoy en día los trabajos de cuidado del hogar representan 23 por ciento del Producto Interno Bruto.

Diagnóstico laboral de las mujeres

La responsable de innovación y articulación de «Acción Ciudadana Frente a la Pobreza», Paulina Gutiérrez, expuso que las mujeres enfrentan barreras más altas que los hombres para participar en el mercado laboral y viven una exclusión derivada de los roles impuestos que les asignan trabajos de cuidado de la familia y del hogar.

Por ejemplo, explicó que datos del «Observatorio del Trabajo Digno» indican que sólo cuatro de cada 10 mujeres en edad y condición de trabajar lo pueden hacer, pero las mujeres que pueden trabajar tienen mayor desempleo que los hombres y para las jóvenes esta situación es aún peor: 26 por ciento de ellas están desempleadas.

Tener un empleo no garantiza salir de la pobreza y vivir dignamente porque quienes tienen un trabajo enfrentan condiciones laborales precarias. Como muestra, dijo, seis de cada 10 mujeres trabajan sin seguridad social, la mitad trabajan sin contrato estable y siete de cada 10 trabajadoras carecen de ingresos suficientes para lo más básico.

Lo más grave, explicó Gutiérrez, es que sólo seis de cada 100 mujeres tienen un ingreso laboral mayor a 15 mil pesos al mes. «Estas barreras de exclusión y precariedad surgen de un sistema que impone a las mujeres la obligación de los trabajos domésticos y de cuidado, que además no son remunerados y las deja excluidas y sin ingreso laboral», dijo.

Agregó que el trabajo de cuidados explica que de las 21 millones 600 mil mujeres sin trabajo remunerado 14 millones 500 mil no pueden ni salir a buscar trabajo porque están haciendo labores del hogar y trabajos de cuidado. «Incluso las mujeres que trabajan también mantienen la obligación de una doble jornada de trabajo de 39 horas a la semana dedicadas a trabajos domésticos y servicios de cuidados», mencionó.

Liberar el tiempo de las mujeres

La directora de la organización «Genders» y experta en políticas públicas para igualdad de género, Mónica Orozco Corona, detalló que todas las personas en algún momento de la vida requerimos de cuidados de distinto tipo y en distinto grados, puede ser en la primera infancia, durante una enfermedad, por un accidente o por discapacidad, pero son las mujeres, madres de familia, abuelas y tías, las principales proveedoras de cuidados.

De acuerdo con cifras del Inegi, la cantidad de cuidados que se brindan en en México, a través de trabajo no remunerado de los hogares, que principalmente recae en las mujeres, asciende a un valor total de cerca de 23 por ciento del Producto Interno Bruto.

Otra vertiente del cuidado es el trabajo remunerado. Por ejemplo, más de 70 por ciento del personal ocupado dentro del sector salud, orientado a cuidar de la vida humana, son mujeres; y cerca de 2.4 millones de mujeres se dedican al trabajo del hogar remunerado, quienes representan 95 por ciento del total de las personas trabajadoras de este sector.

Orozco Corona explicó que si el trabajo de cuidados representa 23 puntos porcentuales del PIB, esta cifra da un parámetro de los servicios se tiene que crear, a través de trabajos nuevos, que permitan mejorar el cuidado de las personas que lo requieran, liberar el tiempo de las mujeres que hoy realizan estos trabajos y detonar la posibilidad de que ellas puedan participar de manera más activa y con igualdad de oportunidades en otras esferas de la vida.

Avanzar a una política pública

En su oportunidad, la exdiputada federal y actual secretaria de Desarrollo Social del Gobierno de Sonora, Wendy Briseño Zuloaga, mencionó que en su estado, desde 2021, se impulsaron dos programas para atender la necesidad de cuidados: Jefas autogestoras de la transformación social y otro para ofrecer apoyos económicos a mujeres cuidadoras.

El primero de estos programas está enfocado en promover la autonomía económica de las mujeres, quienes presentan proyectos y reciben un apoyo económico por parte del Gobierno del estado para realizarlos y en el segundo se otorga un apoyo económico a las mujeres que cuiden a un familiar con discapacidad o con una enfermedad como cáncer.

Briseño Zuloaga expuso que son programas pilotos, pero se debe pensar en integrarlos en una política pública que no sólo sea de transferencia económica. Agregó que el Estado, las familias, la iniciativa privada y los centros educativos deben participar para atender los cuidados, que hoy son un tema de desigualdad.

Las expertas coincidieron en que la construcción de un sistema nacional de cuidados es indispensable para alcanzar el derecho al trabajo y al tiempo libre para millones de mujeres y para crear un nuevo modelo de seguridad social universal, desvinculado el contrato laboral y así mejorar los ingresos de de los hogares a fin de que puedan superar el umbral de pobreza.

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