Familias dentro de la capital chiapaneca, viviendo en extrema pobreza

76.4 por ciento de la población de la entidad vivía en situación de pobreza, es decir, cuatro millones 174 mil 600 personas

Ana Liz Leyte / Aquínoticias

En Chiapas, siete de cada diez habitantes, vive con algún tipo de pobreza y para comprobarlo, no es necesario ir hasta las zonas más marginadas del estado, en la capital chiapaneca, en colonias populares no muy alejadas de los centros comerciales o del mismo centro de la capital, la pobreza extrema se ve en todo su esplendor.

De acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en los resultados de la medición de la pobreza 2018, el 76.4 por ciento de la población de la entidad vivía en situación de pobreza, es decir, cuatro millones 174 mil 600 personas.

Habitantes de la colonia 31 de mayo, ubicada al sur poniente de Tuxtla Gutiérrez, viven en situaciones precarias, con carencias no sólo económicas, sino de servicios básicos.

Familias aseguran que, actores políticos únicamente llegan a esta zona de la ciudad durante sus campañas, sin embargo, cuando éstas terminan, el abandono gubernamental y la falta de oportunidades es lo que más sobresale.

Fidelina García Álvarez, es una mujer que trabajó toda su vida para mantener a sus hijas. Actualmente en su pequeña casa viven más de 14 personas, todos trabajan para mantener los gastos del hogar y de alimentación, sin embargo, el dinero no les alcanza.

«Cuando hay comemos, cuando no hay no comemos, hemos pasado unas necesidades y vamos a vender al centro, nos corre el fiscal, no hay algo mejor para nosotros, yo siempre llego a vender aguacate, piñatitas, coladores, pero no nos dejan vender nada», expresó.

Doña Fidelina, ha tenido que buscar la manera de salir adelante, algunas veces ofrece servicios de limpieza en hogares, sin embargo, desde que comenzó la pandemia esto ya no ha sido posible.

Esta familia, al igual que miles de familias más, pasaron las festividades de fin de año con un mal sabor de boca, ya que las limitaciones económicas no les permitieron tener regalos o una cena abundante.

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