Fiscales, ‘porros’ y ladrones

La Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) consideró que los funcionarios tuxtlecos se están comportando como delincuentes. Sugirió que en vez de que haya choques y robo de mercancía, se establezca horarios para los vendedores ambulantes y así no afectar la economía establecida

A. Marroquín / Mural Chiapas

[dropcap]L[/dropcap]os fiscales municipales del ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez no son más que un grupo de delincuentes, auspiciados por el alcalde Carlos Morales Vázquez, consideró Carlos Humberto Luna López, dirigente estatal de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA).
Tras la serie de operativos en contra de vendedores ambulantes que han terminado en riñas en el centro de la capital, el dirigente de la UNTA en Chiapas indicó que este tipo de acciones son graves por parte de la autoridad municipal, ya que, en vez de controlar la venta informal, ha creado inestabilidad por un grupo de funcionarios violentos.
«Vemos la persecución a quienes quieren trabajar, ya no hablemos de gente que tiene que ver con un trabajo remunerativo, pero con los vendedores ambulantes, es un problema grave la actitud de los fiscales, el quitarle lo poco que tienen, el no devolvérselos, en meterlos a la cárcel. Lo que están formado es una ola de delincuencia más grave», comentó.
El también integrante de la Comisión Política Nacional de la UNTA, señaló que los subordinados de Taro Takeuchi Antonio, encargado de la Coordinación de Política Fiscal municipal, tienen la estafeta del ayuntamiento para robar.
«Un grupo de delincuentes que se dedica a robarles con la estafeta de que son gobiernos municipales, así les llamaría yo», calificó.
Por ello, reiteró que este grupo de personas son auspiciados «por quien los mande», a través de un método de trabajo negativo, violando diversas garantías de los ciudadanos y del derecho al trabajo.
Luna López planteó que como una alternativa de esta actividad informal y de la violencia, es que el municipio coordine horarios y espacios para que los ambulantes puedan comercializar sus productos sin afectar a la economía establecida, y sin que sean agredidos por trabajar.
«El coordinarlos, el operar coordinadamente en qué horario y en qué tiempos pueden vender, porque eso también es cuestión que no afecta… ya vieron que hasta a los payasos les quieren chingar impuestos, entonces van a ponerse a delinquir», finalizó.

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