Galimatias / Ernesto Gmez Panana

La carta, el paro y el atropello

La semana que concluye es muy posiblemente, una de las más intensas en lo que va de la actual administración. El común denominador, en todos los sucesos, es la mano presidencial, la centralización del poder, para bien y puede que para no tan bien.
El primer acontecimiento, la renuncia del secretario de hacienda.
Al conocerse la carta del doctor Carlos Urzúa, hubo voces señalando una -supuesta- falta de discreción o de lealtad. En mi opinión, nada más lejos de la realidad. Qué mal que se va, porque ello traduce las pugnas internas del gobierno, pero qué bien que lo hace argumentando públicamente sus razones.
Dos premisas: Gobernar demanda capital político -el cual le sigue sobrando presidente y la incondicionalidad ciega y acrítica no suma. Urzúa fundamentalmente señala en su carta toma equivocada de decisiones e imposición de colaboradores: menospreciar sus dichos es infantil, falto de madurez: Urzúa fue aliado histórico de AMLO. Ni Olga Sánchez, ni Durazo ni incluso Ebrard, acumulan tantos años acompañando a AMLO. La salida obliga un análisis puntual de las entrelíneas. Descalificar la salida es una equivocación.
Igualmente, los argumentos para descalificar a los policías federales en paro son significativos por su semejanza con los que se usaron contra la CNTE, los normalistas, los trabajadores de Luz y Fuerza o cualquier otra en sexenios anteriores: «son sólo unos cuantos… hay una mano perversa detrás manipulando… los motivos no son reales». Pareciera que el poder te pone unos lentes de infalibilidad con los que los políticos empiezan a ver todo, seas quien seas.
Si quienes protestan tienen delitos que pagar, que de les castigue; si no, que se les respeten sus derechos laborales a plenitud, sea liquidándolos o transfiriéndolos sin pérdida de derechos. Es la ley. Descalificar la protesta es una equivocación.
Igualmente, es el respeto a la ley lo que obliga a detener el atropello que amenaza a Baja California en la elección de gobernador. Los electores votaron por un mandatario para dos años y de la nada el congreso estatal vota una reforma para aumentar el periodo a cinco años. Que alguien le explique al presidente el daño que le causan quienes lo convencen de que una intentona de esta clase es permisible. Que alguien le explique esto también a la dirigente nacional de Morena. Lo intentaron hace años Fausto Zapata en San Luis Potosí y Cervera Pacheco en Yucatán y el sistema mismo -priísta- reculó. Pésima señal. Inadmisible. Descalificar las críticas es una equivocación.
Oximoronas. No todo es malo esta semana que termina. La detención de Juan Collado es de aplaudirse. Abogado de clientes siempre poderosos, cercano a políticos encumbrados, hoy necesita un abogado como él para defenderse a sí mismo. Que detrás de él vengan Romero Deschamps y Gómez Urrutia, sin fuero.

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