Hipersexualizacin no es un juego de niños

Foto: Mariana Robles

Para la Sipinna, los concursos de belleza, niñas maquilladas o niños bailando canciones en posiciones sexualizadas representan una forma de violencia que puede tener consecuencias negativas, mismo que se ha normalizado. Aprende a evitar esta forma de violencia

Aquínoticias Staff

El Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) ha expresado su preocupación en cuanto a la niñez mexicana, pues expresa que, aunque los concursos de belleza, niñas maquilladas o niños bailando canciones en posiciones sexualizadas pueden parecer algo gracioso para algunas personas adultas; no obstante, representa una forma de violencia que puede tener consecuencias negativas.
El fenómeno de la hipersexualización consiste en la exaltación de los atributos sexuales de una persona por encima de otras cualidades. En el caso de niñas, niños y adolescentes dicho fenómeno ha sido invisibilizado, normalizado e incluso legitimado a través de los medios de comunicación y las redes sociales debido al alcance a nivel social y cultural que tienen en la actualidad.
En el caso de niñas y adolescentes la hipersexualización puede ser la raíz de formas de violencia más extremas; por ejemplo, se estima que una de cada 10 mujeres de 12 a 17 años en México ha recibido mensajes, videos sexuales o amenazas en internet, y que 3.8 por ciento de las adolescentes les publicaron información íntima o falsa en redes sociales para dañarlas. Así como, que el 25 por ciento de las y los adolescentes entre 12 y 17 años ha sido víctima de alguna forma de ciberacoso. (INEGI. Módulo sobre Ciberacoso MOCIBA, 2015).
Para las personas adultas, comprender los riesgos que suponen la creación y el intercambio de contenidos digitales es fundamental. La niñez y adolescencia necesitan que se les enseñe a través del ejemplo que todo lo que publican en línea, desde los comentarios e imágenes, hasta los videos compartidos en redes sociales no se puede considerar ya como materiales privados. Del mismo modo, deben ser conscientes que estos contenidos pueden exponer a niñas, niños y adolescentes a riesgos como la extorsión o a ser intercambiados por extraños en línea.
No obstante, los riesgos no sólo están en los medios digitales, para ellas y ellos, el peligro de crecer bajo la falsa creencia de que el éxito personal y social está vinculado únicamente a la imagen y la mirada de otras personas, puede restar autonomía a su desarrollo personal y desdibujar fronteras entre etapas vitales de su crecimiento. Además, de suponer la imposición de una sexualidad adulta que no corresponde a su edad.
Si niñas y niños identifican que deben expresarse y vestirse como personas adultas (con base en estereotipos sexualizados) para recibir atención y aprobación, crecerán en busca de esa gratificación, alejándose de su propia personalidad y buscando siempre encajar en una etapa que nos les corresponde, lo que acelerará su transición de la niñez a la adolescencia.
Ante estas circunstancias, el Sipinna te comparte algunas recomendaciones para evitar la hipersexualización con niñas y niños.

Evita:

Incentivar a niñas y adolescentes a usar maquillaje, vestimenta o accesorios que les hagan ver como una persona adulta. Preguntarles si tienen novia o novio o decirles que siempre deben de verse bonitas o guapos. Fomentar expresiones o bailes con movimientos sexuales.
Besarles en la boca o presionarles para que besen a alguien (incluso si es un familiar). Es importante que las personas adultas conozcan que en México la Ley general de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes señala en sus artículos 76 y 77 su derecho a la intimidad personal, familiar, y a la protección de sus datos personales.
Por ello, quienes ejerzan la patria potestad, tutela o guarda y custodia, deberán orientar, supervisar y, en su caso, restringir, las conductas y hábitos de niñas, niños y adolescentes que menoscaben su honra o reputación, sea contrario a sus derechos o que los ponga en riesgo, conforme al principio de interés superior de la niñez.
Recuerda que toda la información que niñas y niños reciben durante su etapa de desarrollo será determinante para su crecimiento físico, psicológico y emocional.
Ellas y ellos, tienen derecho a vivir la etapa de desarrollo que les corresponde de forma sana y progresiva.

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