Una felonía podría estar a punto de cometerse en un juzgado familiar; la sentencia para que un dirigente social pague la justa pensión alimenticia para su hija, podría revertirse a favor de éste, sentando un precedente de injusticia inducida en contra de los derechos de los niños y una clara violación a las leyes que protegen a las mujeres en situación de divorcio.
Aunque se trata de un asunto estrictamente del orden familiar —y, en cierto modo, privado—, éste sale a la luz pública una vez que, para alcanzar propósitos al margen de la ley, se presumen actos de presión, intimidación y coacción mediante los cuales, se pretende dejar en total desamparo a una menor de edad o cuando menos, reciba una pensión que no corresponde a los ingresos reales del padre.
Me refiero a la demanda por pensión alimenticia bajo el expediente 418/2015, presentada contra Jacobo Nazar Morales, dirigente de la agrupación con tintes campesinos denominada SOCAMA y hermano del actual candidato del PRI a la diputación federal por el distrito de Villaflores, Julián, de los mismos apellidos.
El abandono del cual ha sido objeto la menor, procreada en matrimonio legal entre el citado dirigente social y Patricia María Cortázar García, como en la mayoría de los casos, ha provocado en la niña, profundo daño emocional, lo que evidentemente, requiere de una inversión respetable para superar sus secuelas. No obstante, en sus alegatos, Nazar Morales se ha declarado insolvente económicamente para cumplir con su obligación paternal, lo que podría dejar a su hija en condiciones de indefensión.
Pero más allá de su defensa a la que tiene derecho, las evidencias sobre la solvencia financiera de éste, dicen lo contrario: vía prestanombres, Jacobo es copropietario de «Frituras La Manía», SOCAEM, S.A. de C.V y SOCAMA Centro Frailesca A.C. La última, dedicada a la obtención de microcréditos para campesinos.
En una parte de la defensa del dirigente campesino, ha insinuado que debe ser él quien se beneficie de la pensión alimenticia, en virtud de la posición económica de su exesposa y la paupérrima condición suya. Todo ello no pasaría de ser parte de una estrategia para escapar de la responsabilidad paternal, de no ser porque existe la presunción de la utilización de influencias para salir airoso del asunto y mejor aún: con una sentencia a favor; es decir, que en lugar de pagar la correspondiente pensión alimenticia, reciba remuneración de su exesposa.
El temor se funda en la probable utilización de las influencias del sindicado y su hermano, el candidato priísta, para que la jueza encargada del juicio, dicte sentencia en contra de lo que establece la ley. No sería la primera ocasión que un juez o una jueza, tuerzan la ley bajo el efecto de amenazas, insinuaciones, recomendaciones, sugerencias e incluso, extorsión. Son muchos los casos en los que miles de niños quedan desamparados por malas prácticas legales.
Tampoco sería la primera ocasión en que los hermanos Nazar Morales, obtengan un beneficio mediante la utilización de la presión, el chantaje y la amenaza. Ha sido constante en su actuar público, alcanzar metas a través de actos al margen de la ley.
En esas condiciones, valdrá la pena estar pendientes de lo que ocurra en el juzgado donde radica el expediente, toda vez que de eso dependerá el futuro de una niña que no ha cometido delito alguno. La ley de protección a la niñez, debe aplicarse conforme a derecho, sin presiones ni chantajes para asegurar que ésta, realmente garantice la seguridad de los niños en la entidad.
Insisto en que aun tratándose de un asunto familiar, se toma éste como referente para evitar que se sigan vulnerando los derechos de la niñez. Quien deba dictar sentencia, obligado está a velar por la seguridad y el futuro de una niña y en consecuencia, sentar un precedente para que las determinaciones en ese rubro, beneficien a las víctimas del abandono familiar. Sería un contrasentido y un despropósito que de nuevo, las influencias demeriten a la justicia. Y lo peor, que conviertan en víctimas a unos de los sectores más vulnerables de la sociedad: los niños.
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