Intersticios / Sandra de los Santos

El conflicto en el sindicato académico de la Unach 

Sandra de los Santos

Hace unos meses se realizaron elecciones para renovar la dirigencia sindical. El resultado de esas votaciones no fueron reconocidas por las autoridades y existe un amparo para que mientras se realiza el nuevo proceso se prolongue el periodo de la actual mesa directiva del Spaunach, lo que tampoco se ha concretado por lo que ahora la dirigencia de manera formal está acéfala.

Un grupo acusa al otro de estar prolongando las votaciones y que reciben apoyo de la parte patronal –rectoría-; el otro dice que la actual dirigencia (que es cercana a la que resultó electa en el pasado proceso, pero no se reconoció) ha controlado el sindicato durante años y que no ha sido a beneficio de las y los trabajadores. Hay un tercer grupo que asegura que «ni a quien irle» porque lo que se persigue tanto de un lado como del otro son fines que solo benefician a personas particulares y no el bien colectivo.

El Sindicato de Personal Académico de la Unach (Spaunach) tiene prácticas cuestionables, como muchos otros sindicatos, pero resolverlas es algo que le compete a las y los integrantes de ese organismo y no a la parte patronal. Pareciera que no hay «patrón» que se resista a la tentación de querer controlar los espacios de las y los trabajadores.

La vida sindical de cualquier institución pasa de manera inevitable por trastocar el desarrollo de sus actividades por ello también es necesario que la parte patronal –en este caso la actual administración de la Unach- sea asertiva en cómo manejar esta situación y hasta ahora no lo ha sido.

La doctora Rosario Chávez Moguel, académica de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach) decidió iniciar una huelga de hambre el pasado 17 de septiembre para pedir un diálogo con las autoridades de rectoría y solicitar que se reconozca la extensión del periodo de la dirigencia sindical en lo que se realizan las próximas elecciones.

Al día siguiente de que la académica inició su huelga de hambre, la Unach emitió un comunicado, que lejos estaba de la reconciliación y en cambio sí de la ofensa y el desprestigio. Así no se pueden resolver los conflictos y por el contrario se agudizan.

A la doctora Rosario Chávez Moguel la conozco y la estimo porque fue mi maestra en el posgrado. Le envío un fuerte abrazo solidario y me sumo a la petición de mis compañeras y compañeros estudiantes y egresados porque se abra un diálogo asertivo con la rectoría que permita que la doctora levante su huelga de hambre.

 

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