Tras 12 años en prisión por un delito que no cometió y una larga batalla, Juan de la Cruz Ruiz puede respirar como un hombre libre. Recibirá indemnización y su caso, será un precedente para que el Estado se pronuncie en contra de cualquier forma de tortura
Ana Liz Leyte / Aquínoticias
Después de permanecer más de 12 años en prisión por un delito que no cometió, Juan de la Cruz Ruiz, indígena tzotzil, finalmente consiguió su libertad.
Fue durante este 2019, cuando Juan inició una serie de acciones para visibilizar su situación y denunciar las diferentes violaciones a sus derechos humanos, como la tortura a la que fue sometido como método de presión para hacerle firmar unos documentos en los que él aceptaba haber asesinado a su vecino, sin embargo, nunca cometió este delito.
Su liberación se dio después de una larga lucha y tras haber interpuesto un amparo indirecto ante el Juzgado de Distrito de Amparo y Juicios Federales en el Estado, solicitando la protección de la justicia federal y denunciando a autoridades del gobierno del Estado, presuntamente responsables de vulneraciones a sus derechos humanos.
«Me acuerdo muy bien la fecha, donde llegaron aproximadamente 15 agentes judiciales me interrogaron. En ese momento, me agarran, me torturan sin lástima y no presentaron ninguna orden, fui sometido a tortura durante dos días y dos noches», dijo Juan De La Cruz Ruiz en conferencia de prensa.
El Centro de Derecho Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) exige investigar y llevar ante la justicia a los servidores o funcionarios públicos que por acción u omisión cometieron delitos como la Tortura en agravio de Juan de la Cruz Ruiz, asimismo, obtener justa indemnización para Juan y su familia tomando en cuenta el estándar internacional para la reparación de daños.
Y que el Estado se pronuncie sin ambigüedades por la prohibición absoluta de la tortura y los malos tratos, cesando esta violación a los derechos humanos, especialmente de integrantes de Pueblos Originarios.
