La salud comienza con dormir bien

El insomnio se ha convertido en un mal frecuente que afecta al descanso de un mayor número de personas. Siguiendo algunos consejos, podrás combatirlo con eficacia

Luna De Lucio / Aquínoticias

Actualmente como seres humanos padecemos ansiedad, depresión, entre otros padecimientos, los cuales se han convertido en causales de muerte, pero existe otro asesino silencioso: el insomnio.
El conciliar el sueño muchas veces es complicado debido a que te la pasas pensando en cómo solucionar esto y aquello e, incluso, es causado por las enfermedades del sueño, los trastornos psiquiátricos, las enfermedades metabólicas y hormonales, neurológicas, reumatológicas, digestivas, cardiovasculares, las que pueden interrumpir el sueño por dolor o las urológicas por la necesidad urgente de micción. El embarazo y la menopausia también son factores a tener en cuenta.
Por eso, si sufres insomnio, estos son algunos consejos que te pueden ayudar a combatirlo eficazmente:
Lleva un control: Anota cuánto duermes y a qué horas, cuándo te despiertas, los síntomas que tienes y en qué momentos del día se presentan. Esto te ayudará a identificar las actividades o costumbres que te impiden conciliar el sueño, y lo tendrás ya a mano si al final decides consultar con un especialista, ya que le será de mucha ayuda (y te la va a pedir de todas formas).
Establece una rutina saludable: Encuentra alguna actividad que te relaje y/o agote justo antes de irte a la cama, evita ver la televisión o navegar por la red y establece unos horarios para acostarte y despertarte que sean adecuados y puedas seguir incluso los fines de semana. Tampoco es conveniente que fuerces demasiado la mente antes de irte a dormir. En lugar de ello, puedes disfrutar de un baño o una ducha caliente.
Utiliza la cama solo para dormir: No veas la tele ni comas en ella, busca otro lugar para relajarte o leer y no te lleves trabajo a la cama. Asegúrate de que tu cama y tu colchón son confortables. En caso contrario, sustitúyelos.
Evita el tabaco, el alcohol y las bebidas estimulantes: El insomnio es otro motivo más para dejar de fumar. El tabaco es un estimulante y los síntomas de abstinencia pueden hacer que te levantes durante la noche si no consigues dormir. La cafeína y la teína también son nocivos para el sueño. Consumir alcohol justo antes de dormir rompe los ciclos del sueño una vez se pasa el sopor inicial.
Ejercicio físico durante el día: Practicar deporte de forma regular durante el día mejora la calidad del sueño. Procura hacer ejercicio unas tres horas antes de irte a la cama, para que el cuerpo tenga tiempo de relajarse físicamente antes de irse a dormir.
Siestas cortas: Para que no nos quiten el sueño por la noche, las siestas no deben durar más de 10 o 20 minutos y nunca se debe dormir pasadas las 16:00 horas.
Practica técnicas de relajación: Las estrategias de relajación, tales como la meditación, las técnicas de respiración o la relajación progresiva pueden ser muy efectivas.
Cuida tu dieta: Evita las cenas copiosas de digestiones pesadas y toma infusiones relajantes naturales como la valeriana o la manzanilla, que ayudan a reducir la ansiedad y a conciliar mejor el sueño.
Crea un ambiente adecuado: Reduce la intensidad de la luz unas 2 horas antes de irte a dormir. Una iluminación suave con luz ambiente afecta menos a nuestro sistema nervioso y nos ayudará a conciliar el sueño. También puedes escuchar música instrumental relajante o sonidos de la naturaleza para inducir el sueño. Por último, mantén el dormitorio oscuro y fresco.

Otras causas del insomnio

Existen las causas externas, las cuales suelen implicar factores ambientales que influyen de modo negativo sobre nuestra capacidad para conciliar y/o mantener el sueño: malos hábitos, uso y abuso de sustancias y medicamentos, un horario de trabajo inadecuado, frecuentes viajes transoceánicos, problemas personales, etc.
Los hábitos de vida poco saludables (como trasnochar en exceso, una falta de rutina para irse a la cama, hiperactividad física, ver la TV o navegar por Internet justo antes de irse a dormir) también son factores condicionantes.

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