La última visita de AMLO a Chiapas y los futuros posibles en su discurso

Por Raúl Ríos Trujillo

A raja tabla, la dimensión del discurso del presidente electo Andrés Manuel López Obrador durante su última visita a Chiapas nos aporta además del simbolismo político y los mensajes ocultos que siempre se envían en eventos de este talante un significado más revelador, justo a unas semanas de que AMLO asuma el poder son necesarias algunas respuestas que ya no sean de campaña.
Por ejemplo: ¿Cómo se distribuirán los recursos para que la gente más necesitada resulte beneficiada de verdad? ¿Se rediseñará el sistema para garantizar que los apoyos realmente lleguen a los beneficiarios finales y no se pierdan en el tránsito? ¿Cómo resolverán la enorme expectativa de las clases más bajas que sin lugar a dudas fueron los que apuntalaron su triunfo en las urnas?
Las respuestas son sin lugar a dudas muy complicadas, por ejemplo; en secretarías tan importantes por las que habitualmente se bajan recursos destinados al combate de la pobreza se utilizan medidas clientelares que por años han viciado los procesos, la base de datos que SEDESOL usa para bajar recursos a través de programas como PROSPERA tendrían que revisarse y limpiarse, los padrones de asociaciones civiles tendrían que auditarse, el sistema tendría que construirse desde cero para que verdaderamente se garantizara con transparencia su viabilidad.
El discurso que en campaña era efectivo en la práctica será complicado de materializar, cuando no existe un plan que resuelva la sistematización y garantice que los recursos de verdad lleguen a mano de los más necesitados, cuando tampoco se ha formulado un proyecto que a través de la transferencia tecnológica combata las enormes desigualdades, el discurso queda en el aire.
Por ejemplo, si seguimos el hilo conductor entorno a los métodos actuales a través de los que se ha trabajado para bajar dineros destinado a los pobres, y si pensamos que los recursos llegarán directamente a los beneficiarios asumiremos que los intermediarios tendrían que desaparecer, estamos hablando de miles de asociaciones civiles, organizaciones y de líderes sociales que dejarían de ser los medios por el cual los beneficiarios acceden a estos apoyos, eliminarlos creará conflictos comunitarios.
Esta es únicamente una de las aristas posibles en los cambios que se avizoran en la cuarta transformación que AMLO ha prometido para el país, por ejemplo en la India, uno de los países con mayores índices de pobreza en el mundo, el gobierno tuvo que implementar soluciones directamente ligadas a la tecnología con sistemas complejos de banca electrónica que reactivara sectores culturalmente sepultados por la discriminación racial y religiosa, aún así no ha podido resolverlo en su totalidad. ¿Qué nos hace pensar que en tres años (cómo lo ha prometido en discurso el tabasqueño) se podrá resolver en Mexico?
Claro que no existe ni la infraestructura ni la capacidad para implementar una medida emergente que garantice en poco tiempo la efectividad de cualquier medida enfocada al combate de la pobreza, el problema además es moral en un país acostumbrado al paternalismo a la corrupción, sin educación ni cultura económica.

Existen sectores que por años han vivido del chantaje y el sangrado a estos programas, la solución no es mantenerlos en el mismo status de pobres si no activarlos económicamente para que sean verdaderamente productivos y esto es una tarea colosal que no tiene antecedentes en ningún país latinoamericano.
AMLO en Chiapas durante su última visita además anunció que en su gobierno se crearán seis nuevas universidades que funcionen en seis municipios señalados con altos índices de pobreza y anunció un programa de apoyo a la juventud, «Jóvenes construyendo el futuro» que pagará un sueldo mensual de 3 mil 600 pesos a casi 200 mil jóvenes para insertarlos en la productividad, tareas del campo, la industria y la economía mientras se capacitan.
A pocas semanas de asumir el poder el discurso del próximo presidente de la república sigue siendo el mismo que el de la campaña, resultará muy interesante para los que intentamos a toda costa desde el periodismo leer futuros posibles en el análisis político y en el devenir histórico de México, por el bien de todos ojalá no sean únicamente promesas. Salud y libertad.

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