—¿Y por qué sólo la presidencia? Hay muchas otras cosas a las que aspiro, ¿por qué no?
Ayer fue un día, digamos, coincidente para el diputado federal Emilio Salazar Farías. Coincidente, porque, yo supongo, que «sin querer queriendo» se escribió mucho sobre él y sus aspiraciones políticas, que al parecer ya no se limitan a TUXTLA TUXTLA TUXTLA.
Sabedores de antemano que en política no hay coincidencias y que lo que parece es, el comunicador cometierra-conejo Víctor Lara, soltó primero en su cuenta de Facebook:
—Emilio Salazar podría buscar la candidatura independiente para la Presidencia Municipal de Tuxtla Gutiérrez, por el Verde será muy difícil se la den. Sin embargo, en su fiesta de cumpleaños demostró fuerza y convocatoria; tiene presencia, cuadros y querencia.
Y aunque no aporta mayores elementos de análisis, su dicho puede interpretarse en dos sentidos.
Uno, que, cercano como es al diputado local Carlos Penagos Vargas, aspirante a la alcaldía capitalina por el Verde e impulsado por el aspirante a la gubernatura, Eduardo Ramírez Aguilar, intente dividir a la opinión pública, luego de que Salazar, en su fiesta de cumpleaños, y frente al propio Penagos, declarara desafiante: «yo voy por Tuxtla».
Y dos, que sea el propio Salazar quien ha comenzado a alimentar estas versiones, como estrategia de crecimiento político y posicionamiento (tantito adelante, le diré porqué). De lo primero, sostuve:
—¿De dónde es que sacan eso de independiente? Si no puede hacerse de la candidatura de su partido, menos la haría por la vía independiente, donde más que dinero se necesita un verdadero liderazgo que en estos momentos nadie posee a nivel capitalino. Dadas las circunstancias actuales, buscar ir sin partido demostraría más debilidad que fortaleza, al menos en su caso. No. Emilio Salazar, hombre de partido de toda la vida, deberá vencer a todos sus adversarios, hacerse de la candidatura con músculo político, y luego caminar a la presidencia. Si así lo logra, es muy probable que esta vez sí sea la buenas.
Y fue cuando el representante del Distrito IX federal me dijo, palabras más, palabras menos, ¿para qué me limitas?
CHIAPAS CHIAPAS CHIAPAS, parece ser el nuevo grito de batalla del tuxtleco presidente de la Comisión de Desarrollo Municipal de la Cámara Baja. Pero desde ¿qué trinchera? parece, ahora, ser la verdadera pregunta. Sigamos, pues, algunas pistas:
«[…] Lo conozco bien. Tiene capital político y económico. Experiencia política y administrativa y Chiapas requiere un buen administrador, sin duda […] Cuenta con muchos votos reales y podría dar la batalla por la gubernatura […]», comentará tantito más tarde en su respectiva cuenta personal el analista Enrique García Cuéllar.
¿Le tira al sol para pegarle a la luna o ya de perdis a las estrellas?
Yo, personalmente, lo he comentado antes, creo que le sienta bien la actividad parlamentaria. Con un tanto de mayor libertad que en lo local, empieza a destacar como tecnócrata en temas de índole económico, fiscal y administrativo, y construye alianzas con actores políticos importantes de diversas partes del país.
Si otra vez no va por Tuxtla, pienso que buscará ser Senador de la República en 2018, como vía natural y conducente en su carrera política. Si lo consigue, entonces sí: CHIAPAS CHIAPAS CHIAPAS.
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