Libros en Frases / Francisco Felix

El cartero de Neruda, de Antonio Skármeta

No hay imagen que no sea casual.
Hubo una vez un poeta que se enamoró de una tal Beatriz. Las Beatrices producen amores inconmensurables.
Las reglas de la democracia son así. Hay que saber perder. Los vencidos saludan a los vencedores.
No se puede tener al mismo tiempo el pájaro en la jaula y la cabeza en la patria.
Las palabras hay que saborearlas. Uno tiene que dejar que se deshagan en la boca.
La vida política vino como un trueno a sacarme de mis trabajos. La multitud humana ha sido para mí la lección de mi vida. Puedo llegar a ella con la inherente timidez del poeta, con el temor del tímido, pero, una vez en su seno, me siento transfigurado. Soy parte de la esencial mayoría, soy una hoja más del gran árbol.
Todos los hombres que tocan primero con la palabra, después llegan más lejos con las manos.
No sabré yo que cuando los hombres se calientan, hasta el hígado se les pone poético.
Tratándose de ir a la cama no hay ninguna diferencia entre un presidente, un cura y un poeta comunista.
El beso es la chispa que arma el incendio.
Tiene razón la gente, cuando dice que la venganza es el placer de los dioses.
Los trenes que conducen al paraíso son siempre locales y se enredan en estaciones húmedas y sofocantes. Sólo son expresos los que viajan al infierno.
¡La poesía no es de quien la escribe, sino de quien la usa!

@fcofelixd
www.fcofelixd.blogspot.mx

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