Libros en Frases / Francisco Felix

La Insoportable Levedad Del Ser
(Milan Kundera)

 

La persona que desea abandonar el lugar en donde vive, no es feliz.
El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien (este deseo se produce en relación con cantidad innumerable de mujeres), sino en el deseo de dormir junto a alguien (este deseo se produce en relación con una única mujer).
Si el amor debe ser inolvidable, las casualidades deben volar hacia el desde el primer momento.
Las preguntas verdaderamente serías son aquellas que pueden ser formuladas hasta por un niño.
La coquetería es una promesa de coito sin garantía.
Así es el momento en que nace el amor: la mujer no puede resistirse a la voz que llama a su alma asustada; el hombre no puede resistirse a la mujer cuya alma es sensible a su voz.
Los amores son como los imperios: cuando desaparece la idea sobre la cual han sido construidos, perecen ellos también.
El rió fluye de una edad a otra y las historias de la gente transcurren en la orilla.
Parece como si existiera en el cerebro una región totalmente específica, que podría denominarse memoria poética y que registrara aquello que nos ha conmovido, encantado, que ha hecho hermosa nuestra vida.
El amor empieza en el momento en que una mujer inscribe su primera palabra en nuestra memoria poética.
Una novela no es una confesión del autor, sino una investigación sobre lo que es la vida humana dentro de la trampa en que se ha convertido el mundo.
La vida humana acontece sólo una vez y por eso nunca podremos averiguar cuáles de nuestras decisiones fueron correctas y cuáles fueron incorrectas. En la situación dada sólo hemos podido decidir una vez y no nos ha sido dada una segunda, una tercera, una cuarta vida para comparar las distintas decisiones.
Si la excitación es el mecanismo mediante el cual se divierte nuestro Creador, el amor es, por el contrario, lo que nos pertenece sólo a nosotros y con lo que escapamos al Creador. El amor es nuestra libertad.
Amarrar el amor al sexo ha sido una de las ocurrencias más extravagantes del Creador.
La nostalgia del Paraíso es el deseo del hombre de no ser hombre.
Es posible que no seamos capaces de amar precisamente porque deseamos ser amados, porque queremos que el otro nos dé algo (amor), en lugar de aproximarnos a él sin exigencias y querer sólo su mera presencia.
La felicidad es el deseo de repetir.
El horror es un impacto, un momento de absoluta ceguera. El horror está desprovisto de toda huella de belleza. No vemos más que la intensa luz del acontecimiento desconocido que aguardamos. La tristeza, por el contrario, presupone que sabemos.

@fcofelixd
www.fcofelixd.blogspot.mx

 

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