Los productos te advertiran de su peligro, el nuevo etiquetado

Las etiquetas deberán clarificar si el contenido de los envases excede los niveles de consumo recomendados por la Secretaría de Salud. Falta la aprobación del presidente Andrés Manuel López Obrador para que entre en vigor

Aquínoticias Staff

La reforma a la Ley General de Salud para modificar el etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas cambiará la forma en la que se presenta un empaque si se trata de productos que exceden niveles de calorías, azúcares añadidas, grasas y sodio establecidos por la Secretaría de Salud.
La iniciativa fue aprobada el pasado 1 de octubre por el pleno de la Cámara de Diputados. Los Senadores aprobaron el dictamen en lo general con 114 votos a favor y solo dos abstenciones, el 22 de octubre. Lo que falta para que entre en vigor es que el presidente Andrés Manuel López Obrador avale su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
Pero… ¿qué tan necesario era el cambio? ¿Para qué va a servir en realidad? El Sabueso investigó y te cuenta los puntos más importantes a considerar sobre la reforma y el nuevo etiquetado.

El etiquetado anterior y el origen de la Reforma

En 2010, el gobierno federal implementó el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria (ANSA), una estrategia de la Secretaría de Salud para prevenir los problemas de sobrepeso y obesidad a través de diversas medidas como mejorar la disponibilidad de alimentos y bebidas en los planteles de educación básica, acceso a agua potable, publicidad y nuevos etiquetados.
Un año después, y para avanzar en los objetivos del ANSA, el Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública publicó la «Revisión del etiquetado frontal: análisis de las Guías Diarias de Alimentación (GDA) y su comprensión por estudiantes de nutrición en México».
Los investigadores concluyeron en ese entonces que las Guías Diarias de Alimentación no eran «la mejor opción para presentar el contenido nutrimental de un producto y por lo tanto, para que los consumidores tomen decisiones mejor informadas, más saludables y más rápidas sobre los alimentos que van a consumir».
A pesar de ello, en 2013 se adoptó la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes que permitió que dos años después entrará en vigor una medida regulatoria para colocar en los productos de venta al consumidor las Guías Diarias de Alimentación (GDA), basadas en un sistema europeo.
Las GDA indican la cantidad y el porcentaje de grasa saturada, otras grasas, azúcares totales, sodio y energía (en kcal) por el contenido total del envase, y por porción; además, contienen la leyenda «% de los nutrimentos diarios».
Fue hasta noviembre de 2017 que la Secretaría de Salud solicitó al Instituto Nacional de Salud Pública la conformación de un grupo de expertos que pudieran trabajar en el desarrollo de un sistema de etiquetado frontal que permitiera atacar «el gran reto que representa la epidemia de obesidad» en México.
El «Comité de expertos académicos nacionales del etiquetado frontal de alimentos y bebidas no alcohólicas para una mejor salud» se integró por 31 profesionales y finalmente publicaron un artículo en 2018 dentro de la revista especializada del Instituto Nacional de Salud Pública en la que emitieron sus conclusiones sobre la funcionalidad del etiquetado vigente.
Los expertos llegaron a la conclusión de que «los resultados disponibles de investigaciones realizadas en México y en otros países dejan claro que las personas tienen dificultades para comprender el SEFAB (Sistema de Etiquetado Frontal de Alimentos y Bebidas) actual GDA, y que sería preferible una forma más sencilla de etiquetado para evaluar de manera rápida la calidad de un producto. Desarrollar un etiquetado nutrimental que facilite las elecciones saludables en la población puede generar sinergia con otras políticas públicas y contribuir de manera efectiva a una mejor alimentación».
A partir de ahí, se empezó a trabajar en una propuesta de nuevo etiquetado.

La nueva propuesta

La iniciativa aprobada señala que la información nutrimental de los productos deberá aparecer en la parte frontal. Además, en caso de que el producto no sea saludable, también debe tener la advertencia de que los productos exceden los límites máximos de contenido energético, azúcares añadidos, grasas saturadas, grasas trans y sodio añadido. Lo anterior, en una etiqueta separada e independiente a la tabla de ingredientes e información nutricional de la parte posterior. Es decir, el nuevo etiquetado de advertencia no es un sustituto de la actual tabla de información nutrimental.
La forma de destacar las características nutricionales será mediante un símbolo octagonal con color negro y borde blanco, y en su interior debe estar el texto «alto en»: «grasa saturadas», «sodio», «azúcares» o «calorías», en uno o más símbolos independientes, según corresponda.

Un reto para la industria

Pero no todos están a favor del nuevo etiquetado. La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes, por ejemplo, señaló en un comunicado que «un etiquetado de advertencia provocará: desaliento del sector productivo, debilitación del empleo, desaceleración del consumo y desincentivación de la inversión».
El Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo, A.C. (ConMexico) dice que coincide en el derecho a conocer la información de cada producto que llega a las mesas de los hogares mexicanos, pero argumenta que actualmente el consumidor tiene información por porción.
En un pronunciamiento que ConMéxico compartió con Animal Político dicen que el nuevo etiquetado no describe al producto tal y como es, no reconoce el tamaño de la porción, no permite comparar entre productos similares, elimina el derecho a conocer la información, deja a las personas sin poder de decisión y lo consideran un retroceso en la información que hoy tienen los consumidores mexicanos.
ConMexico se dice listo a contribuir en los trabajos para tener un etiquetado que informe y cumpla con los principios recomendados en el Manual Para el Etiquetado Frontal de la Organización Mundial de la Salud.

Una herramienta, pero no una solución

Para Alicia Ramírez Huerta, presidenta de la Sociedad Mexicana de Nutriología (AMENAC), «el nuevo etiquetado es una herramienta para la toma de decisión informada, pero no es una solución al problema de la obesidad». Durante el panel de discusión «Etiquetado Frontal de Alimentos: retos y perspectivas», la nutrióloga señaló que la propuesta puede tener un mayor impacto si se acompaña de políticas públicas en salud acordes a los diferentes grupos poblacionales, se intensifican las campañas de prevención, se incentiva la educación alimentaria desde la infancia y se promueve la actividad física y los estilos de vida más saludables.
Guadalupe Olvera Soto, doctora en Ciencias de la Salud y especialista en Salud Nefrológica dice que «el etiquetado de alimentos es urgente, es necesario y suma; es bueno y es positivo para la Salud Pública, porque no hay sistemas de salud que aguanten el peso y el costo de las enfermedades crónicas no transmisibles cuyo origen se encuentra en los malos hábitos de alimentación. Ciertamente falta mucho por hacer en materia de nutrición y educación para la salud, pero esto es un gran paso».
Ambas especialistas consideran un gran avance el tener un etiquetado claro tanto para adultos como para niños. Pero reconocen que este esfuerzo debe ser acompañado de políticas públicas diseñadas para cada comunidad, que consideren el estilo de vida propio de cada parte del país y que sobretodo esté precedido por una campaña de educación nutrimental.
Por ejemplo, Chiapas es la región del mundo donde más se consume refresco, según un estudio del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur (CIMSUR), la cual revela que parte del aumento del consumo de este tipo de bebidas en la región sur del país fue ocasionado por una modificación de la vida social y religiosa de sus habitantes.
Además, en México 7 de cada 10 adultos tienen sobrepeso. El índice de niñas, niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad es uno de los mayores en el mundo, ya que se presenta en 3 de cada 10, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2016.
La obesidad propicia la gestación de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), como la diabetes o la hipertensión arterial. Las ECNT son la principal causa de muerte en el mundo; y gran parte de ellas se encuentran relacionadas con la alimentación.
La UNICEF señala que el crecimiento exponencial del problema de sobrepeso y obesidad infantil y adolescente en México, es consecuencia de un ambiente obesogénico. Es decir, un entorno que influye en las preferencias personales para consumir productos altos en calorías, azúcares simples, grasa y sal, y bajos en calidad nutricional.
Según la UNICEF, las malas elecciones en nutrición de los mexicanos son el resultado de una mala combinación: presencia constante de alimentos y bebidas con bajo aporte nutricional y la falta de información en etiquetas, que además no son claras.

Con información de Animal Político

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