La percepción del desempeño que ejercen las autoridades de seguridad y de justicia en el estado indica que son los peores evaluados. 78 por ciento de la población considera corruptos a estos elementos
Lucero Natarén / Aquínoticias
Cambiar la percepción del ser humano es difícil y más cuando se trata del desempeño y nivel de confianza en autoridades de seguridad. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) 2019, un 91.6 por ciento de la población chiapaneca mayor de 18 años de edad, identifica a la Marina como la autoridad que mayor confianza le inspira, seguida del Ejército con 88.8 por ciento.
Los datos más alarmantes son que un 78 por ciento de chiapanecos mayores de 18 años considera que la Policía de Tránsito es corrupta. Seguida de los jueces con 64.6 por ciento, de acuerdo con la Envipe
Sin embargo, el nivel de confianza respecto al trabajo que ejercen los policías de tránsito, está por debajo de nueve instituciones más. Cabe destacar que, en Chiapas sólo el 46.6 por ciento de la sociedad confía en estos elementos. Pero… a nivel nacional, la cifra es menor, con 45.6 por ciento en relación al nivel de percepción de confianza en esta institución policiaca.
Los policías de tránsito tienen la función de hacer cumplir el reglamento de tránsito. Regulan las vialidades y vigilan los delitos e infracciones a las normas de circulación. Ellos deben estar al pendiente de las acciones y decisiones de los conductores, ciclistas y peatones, pero, la perspicacia se despierta en cuanto a las otras acciones que estos realizan. La ciudadanía los considera prepotentes y corruptos, al infraccionarlos de manera ilícita, y pedirles «moches» para dejarlos ir.
La población toma por hecho que todos los elementos de tránsito son iguales. No obstante, ellos consideran que los ciudadanos tampoco colaboran, por el contrario, también ofrecen y fomentan la corrupción.
Y es que, por otro lado, los elementos caen en cuenta que los ciudadanos no conocen el reglamento ni la Constitución. Por ejemplo, todas las acciones que ameritan corralón, lo que procede con los documentos, etcétera, ponen en juego a la corrupción. Al momento de infraccionarlos estos tratan de pagar para evadir la penalización.
