Mercado La Libertad, preso del olvido

Gobiernos municipales de Tonalá, Chiapas, han prometido remodelar dicho centro de abasto, pero las promesas han sido sólo eso; hasta ahora los locatarios siguen en condiciones paupérrimas, pero con la esperanza de volver a ver ese establecimiento en situaciones optimas

Lucero Natarén / Aquínoticias

Locatarios del mercado municipal «La Libertad» o «Mercado viejo» cómo muchos le dicen, han sido testigos de las promesas de presidentes municipales en Tonalá, Chiapas, quienes desde sus campañas han ofrecido remodelar dicho mercado, pero actualmente la realidad es otra.

El mercadito se encuentra a espaldas de la Presidencia municipal, desde la calle puedes asomarte y se nota a simple vista el abandono del lugar, muchas personas pasan y rumoran que ya no funciona, sin embargo, si caminas un poco más adentro podrás observar mesas, familias conviviendo, señoras ofreciendo sus jugos, las empanadas, tacos, el pozol, el tascalate y más.


En lo profundo podrás ver esas «jaulas» vacías, otras con candados, sucias y con telarañas, baños sin agua, escombros, ramas de árboles caídas, pero hay señales de vida.


En un espacio reducido, pero limpio se encuentran los jugos y licuados «Osiris», establecimiento propiedad de Don Javier. Así como él, también hay más personas que sus ingresos dependen de lo que vendan en ese mercado que se encuentra en el centro del municipio y está en completo abandono.


Ese mercado que fue donado por el municipio desde hace varias décadas tuvo mejores tiempos. Fue el primero en crearse en Tonalá. Incluso cuando las paredes están despintadas y agrietadas, hay negocios funcionando en ese espacio, podrás observar y escuchar las historias de personas de avanzada edad quienes cuentan que llegaron al mercado con sus abuelos, o con sus padres, u otros que compraron los locales a hijos de personas ya fallecidas.

Según curiosos, administraciones van y regresan y las promesas continúan siendo las mismas, «vamos a remodelar el mercado La Libertad». Los comerciantes acusan que han luchado para poder mantenerlo en función, aunque cada vez son menos las personas que tienen sus negocios ahí, y es que, «la gente ya no lo visita cómo antes».


Hay «puestos en vía de recuperación». Estos corresponden a personas que decidieron irse porque el negocio ya no les dejaba ganancia, pero por la unidad del Comité, siguen esperando que regresen y por eso «los cuidan»; esos espacios lucen desolados y con basura dentro porque cuentan con candados.


Quienes aún tienen ventas de comida, juguería, antojitos, entre otros productos, cuentan que deben acudir a otras técnicas de venta, es decir, preparan ahí sus mercancías y deben recorrer las calles de Tonalá ofreciéndolas en oficinas o simplemente en la calle con los transeúntes.


Ellos dicen que la vida cada vez les es más difícil, pero no pierden las esperanzas de dejar a sus hijos o nietos asegurados por tener un negocio propio. Los comités del mercado han cambiado porque no todos tienen la idea de verlo crecer, «hay quienes han favorecido únicamente a sus familias» -como en todos los lugares, existen diferencias-.


Más de una ocasión empresas de renombre han acudido con los presidentes municipales y ofrecido sumas millonarias para ocupar esos más de 900 metros e instalar tiendas departamentales, al reusarse, se siguen condenando al abandono, pero siguen en su lucha, pelean por lo que es suyo y porque les ha costado sacrificios.
El Ayuntamiento actual les ha pedido entablar mesas de dialogo e incluso, les ha ofrecido remodelar ese mercado, aunque expresan que no han visto claro ese ofrecimiento, pero esperan que si se haga realidad.

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