Mitos y realidades de la lactancia materna

Del 01 al 07 de agosto se celebra cada año la semana de la lactancia materna. Este año el lema es: «Impulsemos la lactancia materna apoyando y educando»

Berenice Chavarria Tenorio / Cimac Noticias 

¿Cuántas veces has escuchado frases como: «la cerveza produce más leche», «se te caerán los pechos si amamantas por mucho tiempo», «si te enojas se te va la leche»? Estas y otras afirmaciones conforman una serie de mitos en torno a la lactancia materna que provocan confusión y temor entre las madres.

Hay que destacar que el período de lactancia materna es un momento que debe priorizar el cuidado y el respeto, señala el Centro Irekua, espacio que brinda asesoramiento sobre parto lactancia.

Para transitar este camino es necesario exponer realidades y derribar mitos que rodean este proceso, además de garantizar libertad a las mujeres, reflexionando más allá de la imposición, reconociendo la lactancia materna como un periodo íntimo y único, conformada por experiencias e influenciada por el contexto social en que vive la madre.

De las siguientes frases, ¿cuáles has pensado que son verdad o mentira?

Mito: Si se te practicó una cesárea, no podrás amamantar

Realidad: La leche materna se produce de la misma forma tanto si se tuvo parto vaginal o vía cesárea, este procedimiento no interfiere. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recomienda que puedes iniciar la lactancia si te encuentras en buenas condiciones al recuperarte de la anestesia.

Mito: La cerveza ayuda a producir más leche

Realidad: No hay evidencia de que algún alimento o bebida incremente la producción de leche, lo que sí es indispensable es la hidratación de la madre.

Mito: Si te enojas se te puede ir la leche

Realidad: «Durante o después de un enojo, no es el mejor momento para amantar, pues la madre está bajo estrés y liberará adrenalina, la cual es un vasoconstrictor, es decir, la leche materna está ligada a la irrigación sanguínea de la glándula mamaria, si el estrés en el que está reduce la circulación a nivel mamario, se disminuirá la cantidad de leche, pero es algo eventual».

Mito: La lactancia prolongada hace que los pechos se caigan

«Este suceso no tiene nada que ver con la lactancia», destaca la UNAM, el proceso también conocido como ptosis mamaria o descolgamiento del busto, depende de otros factores como: la laxitud de la piel, la cantidad de grasa corporal, la edad y de factores genéticos.

Mito: Debes lavar tus pezones antes de amamantar

Los pezones contienen bacterias buenas, que incluso ayudan a prevenir infecciones en el pecho, por ello no debes lavártelos antes de amamantar, explica la doctora Michele Griswold, experta en lactancia y expresidenta de la Asociación Internacional de Consultoría en Lactancia.

Fotografía: Pixabay

Realidad: La lactancia beneficia la salud de la madre

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) señala que la práctica de la lactancia disminuye el riesgo de hemorragia después del nacimiento, previene la osteoporosis, cáncer de mama, ovario y reduce el riesgo de depresión postparto.

Realidad: Las y niños que consuman leche materna tendrán menos riesgo de desarrollar enfermedades crónicas

UNICEF destaca que la lactancia materna ayuda a prevenir el desarrollo de obesidad y diabetes a largo plazo en la o el menor de edad. Este proceso también se asocia con el desarrollo cognitivo y el coeficiente intelectual.

Redes de apoyo en favor de la lactancia materna

Actualmente la lactancia materna es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) «como una de las formas más eficaces de garantizar la salud y la supervivencia de las niñas y niños».

Sin embargo, la angustia emocional, el agotamiento físico, la falta de espacio e intimidad y las malas condiciones de saneamiento que enfrentan muchas madres, puede provocar que este proceso no sea benéfico.

Por ello, la OMS y UNICEF han instado reiteradamente a los gobiernos a dar prioridad a la inversión en políticas y programas de apoyo a la lactancia materna, «especialmente en entornos frágiles y de inseguridad alimentaria«, también a establecer políticas favorables que proporcionen el tiempo, espacio y la ayuda que se necesite para amamantar.

En este proceso también se debe involucrar a las familias y pareja de la mujer embarazada, pues este debe realizarse en colectivo para obtener las condiciones adecuadas para las mujeres. «Hay aspectos psicológicos y actores sociales que tienen que abordarse en equipo con un discurso coherente y actitud positiva. Se debe hablar de lactancia y no esperar a que el bebé nazca», expresó la doctora María del Carmen Casanova, pediatra y consultora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Fotografía: Pixabay

En ese sentido es preciso entender que para caminar este proceso las madres necesitan libertad, tiempo y apoyo de su familia, de su lugar de trabajo, de sus empleadores y de toda la comunidad.

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