Casi tenemos otro partido político en el estado: Mover a Chiapas. Su «líder moral» es el «omnipresente» Enoc Hernández Cruz (omnipresente, porque en todo anda: dirigente de una asociación de locutores, de la fundación Manuel Velasco, del Icatech, y quién sabe de una cuántas otras organizaciones más. Cómo le hace. Es un misterio) afirma ser una nueva opción de izquierda, que respetará los liderazgos regionales y que buscará encabezar las demandas de los sectores menos favorecidos.
Un nuevo partido político ¿para qué? ¿Para que los políticos de siempre, «las castas» tengan un segundo, tercer o cuarto aire para volver a incrustarse en los puestos de elección popular, para tener una plataforma de negociación política con los actores que ostentan el poder, que lejos está de incidir en la elaboración de políticas públicas que atiendan las necesidades de los sectores a los que supuestamente representan?
Es válido que la sociedad civil se organice y cree sus propios partidos cuando no se siente representada y no halla respuesta a sus demandas. El sistema democrático que vivimos permite el acceso al poder a través de organismos políticos; qué bueno entonces que cumpliendo los requisitos que marca la ley más sectores se encuentren representados y sus voces se escuchen en los espacios donde se toman las decisiones. Porque debemos entender y aceptar que la única forma de corregir los vicios de la política es haciendo más y mejor política.
Pero el nacimiento natural de los partidos debe ser desde la sociedad, no desde las élites en el poder. Debe nacer opositor al orden establecido. Debe estar ideológicamente en contra de los partidos existentes y actuar en consecuencia. La principal valía democrática de un partido local radicaría entonces en la lucha frontal con los institutos nacionales (PAN, PRI, PRD, PVEM), y empeñarse en hacerse del voto local. Chiapas electoralmente tendría que ser de los chiapanecos y echar fuera a tanto foráneo que decide nuestros destinos.
Ya ocurrió con el Partido Orgullo Chiapas, que nació y sirvió al antiguo orden, pero poco o nada representó ni representa a la sociedad y por eso prácticamente su desaparición está anunciada. El ahora Chiapas Unido le apuesta a congraciarse con el nuevo gobernante y extender por un poco más, el que sea, el goce de prerrogativas. Por ello debemos preguntarnos para qué nace Mover a Chiapas, para dar respuesta al sector transporte donde tiene su origen o para moverle el abanico a los que ya están sentados en la silla. La vocación que elija desde ahora marcará su larga o prematura vida en el estado.
Ágora
Acudí a la conferencia magistral que el politólogo español Alejandro Pizarrozo dictó en la Universidad Intercultural de Chiapas.
Él habló del nacimiento de la tercera fuerza política de España, el partido Podemos, y el proceso de comunicación política a través de las redes sociales que lo fortaleció notablemente.
Explicó que el éxito alcanzado por Podemos radica, principalmente, en el desencanto generalizado por «las castas» en los partidos políticos que se manifiesta en una mayor participación de la sociedad civil organizada.
Recordó que el periódico El País publicó una encuesta que muestra las evidentes ventajas de ser un partido sin pasado: el 54 por ciento considera que «ofrece un verdadero cambio en contraste con el resto».
Así, el nacimiento de nuevos círculos políticos da lugar a una comunicación más interactiva con los sectores representados y los actores comprometidos que revisten de actualidad los planteamientos políticos, fortaleciendo así un sentimiento comunitario frente a la política tradicional.
Corrillo
El aún consejero presidente del IEPC en Chiapas, Adrián Sánchez Cervantes, avanza en el proceso para repetir como consejero electoral. Aparece en la lista de los 25 hombres mejor calificados en el examen Ceneval. Por ello debemos estar pendientes en el actuar del INE pues aunque hace tiempo advirtió que no podrán llegar los aspirantes afines a los gobernadores, recientemente reconoció que existen presiones para elegir ciertos perfiles.
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