Muere Francisco Toledo, el legendario artista plastico mexicano

Cortesí­a: Francisco Toledo

Esta noche todos los colores se visten de negro, el artista oriundo de Juchitán, Oaxaca, parte de este mundo a la edad de 79 años. Su legado prevalece

Aquínoticias Staff

Esta noche todos los colores se visten de negro. Francisco Benjamín López Toledo, legendario artista mexicano, murió.
Oriundo de Juchitán, Oaxaca, desde temprana edad demostró una habilidad especial para el dibujo, por lo que su padre lo alentó y cedió parte de las paredes de la casa donde vivían para que pusiera a prueba su creatividad.
En 2015, ese hombre delicado y sensible a la vez, dijo a El País sobre los 43 de Ayotzinapa: «Eso es una vergüenza que no tiene nombre. Los políticos quieren que se pase página, pero esa página no se podrá pasar nunca. Queda para la historia de la infamia».
–Para recordar a los 43 estudiantes desaparecidos hizo papalotes (cometas) con sus rostros y los puso a volar. ¿Por qué? –le preguntó el periodista Jan Martínez Ahrens.
–Fue un gesto que preparamos con los niños de la escuela. Hay una costumbre del sur: cuando llega el Día de los Muertos se vuelan papalotes porque se cree que las almas bajan por el hilo y llegan a tierra para comer las ofrendas; luego, al terminar la fiesta, vuelven a volar. Como a los estudiantes de Ayotzinapa los habían buscado ya bajo tierra y en el agua, enviamos los papalotes a buscarlos al cielo –respondió.
La obra de Francisco Benjamín López Toledo «traza un círculo completo. Empezó en Oaxaca, donde llegó a estudiar a los 12 años, y en su tramo final, tras largos periodos en el extranjero, ha recalado en el punto de partida. Su tierra es el ombligo de su creación. De ella emanan su paleta, sus criaturas primitivas y fantásticas, sus creencias. Sus cuadros, cercanos en el tratamiento del color a los de su mentor artístico, Rufino Tamayo, combinan influencias occidentales –Goya y Picasso, Klee y Ho¬garth– con formas antiguas e indescifrables, fraguadas en los valles del sur de México», reseñó el mismo diario.
Han pasado 5 años desde el septiembre negro e inolvidable: los muchachos no regresan, y Toledo ha muerto.
En la década de los 50 comenzó su formación artística profesional en el taller de grabado de Arturo García Bustos. Posteriormente ingresó al Taller de Grabado de la Escuela de Diseño y Artesanías del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en la Ciudad de México.
Al poco tiempo Toledo se trasladó a Francia donde estudió en el taller de grabado de Stanley Hayter.
En 1965 el artista regresó a México y desarrolló pintura, litografía, grabado, escultura, cerámica y diseño tapices con diversos artesanos.
Museos como el de Arte Moderno en México, París, Nueva York; en el New York Public Library, la Tate Gallery de Londres y la Kunstnaneshus de Oslo, entre otros, poseen algunas de sus obras más destacadas.
Actualmente las obras de Francisco Toledo se encuentran rotando por el mundo, poniendo en alto su visión creativa en las artes plásticas mexicanas.

Con información de Sin Embargo

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *