Mujeres y poder, un libro que habla del «mansplaining» desde la literatura clasica

Mary Beard escribió «Mujeres y Poder», un ensayo que habla sobre cómo la historia ha tratado a las mujeres poderosas

Sandra de los Santos / Aquínoticias

Nunca había escuchado el término «clasicista» hasta que un compañero en la Maestría en Estudios Culturales (MEC) me recomendó el libro de «Mujeres y Poder» haciendo la referencia que su autora era una reconocida «clasicista», es decir, experta en la literatura clásica. Mi tesis abordaba la violencia política por razón de género así que un libro que hacía una crítica a la forma en la que la historia ha tratado a las mujeres que han ostentado algún poder llamaba profundamente mi atención, además, que lo hiciera desde la literatura, me hacía un doble guiño.

De manera regular con una amiga comentamos que nos gustaría que las mujeres brillantes que conocemos tuvieran la mitad de «seguridad» que un hombre promedio para hablar de lo que ellas son expertas, pero que les cuesta asumirse como tales. Siempre me ha «sorprendido» la gran astucia que muestran los del género masculino para tomar un micrófono y opinar de cualquier tema así no estén preparados para ello. ¡Caray! Con qué seguridad hablan de lo que no saben y son capaces de silenciar o interrumpir, mediante su discurso, a las mujeres que son expertas. A esta práctica se le llama «mansplaining».

De esto habla Mary Beard en su libro «Mujeres y Poder» editado por Planeta en el 2018. Aunque es un texto reciente, la autora británica jamás utiliza el término «mansplaining». Lo que hace es explicar cómo las mujeres han sido silenciadas de manera histórica por los hombres, se les ha negado la voz pública.

Desde Telémaco (hijo de Penélope y Ulises) le pide callar a su madre en el comienzo de la Odisea hasta cómo por medio de agresiones virtuales buscan silenciar las voces de las mujeres en las redes sociales en línea, Mary Beard hace un análisis de cómo han sido tratadas las mujeres poderosas cuando hablan.

En occidente silenciar a la mujer ha sido una práctica milenaria, dice la autora, y para explicarlo no solo retoma pasajes de la literatura clásica, sino también de obras pictóricas, de hechos recientes en la política y también de su propia experiencia de vida.

Las únicas veces que a las mujeres se les permite hablar es cuando son víctimas o están a punto de morir, pero regularmente, solo hablan en nombre de ellas mismas o las personas de su género, difícilmente, lo hacen en nombre de los hombres.

El libro es muy ligero no solo por su corta extensión, sino por el estilo propio de la autora. Sin embargo el análisis es profundo y nos hace reflexionar sobre cómo el «mainsplaining» ha existido desde siempre, aunque no lo nombrábamos. Cómo esos micromachismos tienen un impacto fuerte en nuestra cotidianidad, nos quitan nuestra propia forma de expresión; pero también privan a la humanidad de la experiencia y el conocimiento que tienen las mujeres, y que no lo hacen público porque han sido históricamente silenciadas.

Pero, además, cuando se expresan y su opinión es distinta a la del promedio el riesgo de ser callada, excluida o agredida es mayor. Por eso cada vez que una mujer habla, toma un micrófono, dice su palabra está rompiendo con siglos de silencio. Ojalá y le den la oportunidad a este libro de hablarles al oído y reflexionar así sobre este tema.

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