El diputado local por el oriente de Tuxtla Gutiérrez, Noé Castañón Ramírez, dio su segundo informe de actividades legislativas en un inmueble de gran importancia cultural y política de la capital chiapaneca: el Teatro Emilio Rabasa.
Es el primero en esta legislatura en hacer uso de él luego de su remozamiento. Convocó al dirigente estatal del PRI, Roberto Albores Gleason, y al presidente estatal del PVEM, Fernando Castellanos. También giró invitación al diputado federal Willy Ochoa. ¿Cuál fue la intención? Dar un mensaje de unidad.
Castañón ha recorrido la ciudad con brigadas de atención social. Bajita la mano ha atendido personalmente a más de 2 mil 100 personas, visitado 249 colonias y dado seguimiento a más de 11 mil 300 oficios de gestiones. Ha trabajado y espera que ello le alcance para posicionarse bien en la encuesta que habrá de determinar qué cuadro tricolor es el de mejor aceptación para competir la cabeza de la alianza con el Verde (si la hubiera).
«En esa responsabilidad es que debemos de hacer un mismo equipo a favor de Tuxtla, de hacer equipo en beneficio de las familias tuxtlecas, de hacer equipo todos como aliados solidarios en pro del bien común y la justicia social», soltó previo a su mensaje político.
Ya encarrerado, Noecito llamó a los presentes a seguir en el camino del trabajo y dedicación, a continuar trabajando con el gobernador Manuel Velasco para construir los acuerdos y generar consensos a partir de la convicción de que Tuxtla (otra vez Tuxtla) los une y que juntos nadie los para.
Reflexionó como buen politólogo que en la búsqueda y consecución de un objetivo común, fundado en la unión que da el tejido social de la capital de Chiapas, alejado de las descalificaciones y enemistades, se tenga la corresponsabilidad de cambiarle el rostro a Tuxtla.
«Tuxtla nos compromete y nos obliga a dar cuentas claras y resultados; Tuxtla nos compromete a seguir construyendo acuerdos en beneficio de la ciudad; Tuxtla nos compromete a seguir trabajando con cabalidad y sin descanso para que podamos ver a los ojos a cada uno de sus habitantes y decirles, con franqueza y humildad: contigo logramos más.»
Es más que evidente que Noé busca crear las condiciones en las que un candidato de unidad pueda representar lo mejor de cada partido. Si la coyuntura lo permite, este diputado lograría hacerse de la candidatura si ésta se definiera en una disputa legal interna, donde el hijo del ex secretario de Gobierno es más que ducho.
Ágora
Con el fin del periodo de receso los diputados locales eligieron, mediante votación, la integración de la nueva Mesa Directiva. Llamó mucho la atención que el priísta Jorge Enrique Hernández Bielma repita al frente del órgano de representación del Legislativo. Y aunque es poco común, no hay impedimento legal para ello… Otra cosa que vale la pena mencionar de la sesión nocturna de ayer es que el diputado Isabel Ancheyta se integró al Grupo Parlamentario del PVEM. Chapulinazo.
Corrillo
Pecho desnudo llorando lágrimas blancas: «El pasado 3 de marzo mi hija Mai nació muerta. Nadie te prepara para eso. Nadie está preparado. Dentro de la nebulosa del momento, burrocracia, gestiones, decisiones y recuerdos, alguien te ofrece pastillas para cortar la leche. Alguien te dice que puedes esperar. Y en ese momento caes en que tu cuerpo, tu cuerpo de madre, parida la placenta, producirá leche en unos días. Y te cagas en la Naturaleza. Mi elección fue esperar, quizás para aferrarme a lo que de Mai me quedaba. No me arrepiento, fue una despedida suave y paulatina, pero cada mujer debe tener libertad para escoger la suya. Los profesionales deben informar. No juzgar. Tras la cesárea de urgencia y la muerte, el shock y el dolor físico dejaron paso a una fuerza increíble que me impulsaba a levantarme, a lamerme mi propia herida. Los pechos se me llenaron de leche, tremendos y calientes. Fui mamífera en estado de alerta, buscando a mi cría, esperándola. Por la cesárea tomaba antiinflamatorios, quizás por eso no sentí dolor, solo malestar, no tuve necesidad de extraerme leche ni de aplicarme frío ni hojas de col. Dejé fluir la leche, simplemente, dejé que me mojase despidiendo a mi bebé, dejé que se perdiese. Dejé a mi cuerpo hacer su duelo, llorar su luto, hasta que la leche se marchó. Y con ella la fuerza. La mamífera que por fin tomó conciencia de que su bebé no iba a volver. Mamífera vacía de vientre y pechos muertos. El cuerpo de madre, creador, nutricio, lleno de vida y alimento pasó suavemente a convertirse en silencio, en cementerio (tomado de https://otroblogdemamis.wordpress.com/2015/03/25/llego-y-se-fue/).
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