Pandemia restringi trabajo de organizaciones civiles a favor de personas migrantes

Las y los integrantes de la Red explicaron que algunas medidas sanitarias implementadas por sus gobiernos fueron muy «restrictivas», por lo que tuvieron que detener su desempeño y proyectos por varios meses.

Aline Espinosa Gutiérrez / Cimac Noticias 

Ciudad de México.- La pandemia por Covid-19 aumentó la precariedad de alimento, los despidos injustificados, la falta de servicios de salud y de insumos médicos (gel antibacterial o tapabocas), la discriminación, la violencia de género y el trabajo no remunerado para mujeres migrantes en México y otros países, afirmó la Red Mesoamericana Mujer, Salud y Migración.

La Red -integrada por 24 organizaciones colectivos de diferentes países involucrados en el fenómeno migratorio en la región centro de América- celebró de manera virtual su «XIII Encuentro de la Red Mesoamericana Mujer, Salud y Migración». En este evento se alertó que las restricciones por la pandemia dificultaron el trabajo de las organizaciones, colectivas y asociaciones civiles de Guatemala, El Salvador, Honduras y México, en concreto en las entidades de Chiapas y Veracruz a favor de las personas migrantes.

Las y los integrantes de la Red explicaron que algunas medidas sanitarias implementadas por sus gobiernos fueron muy «restrictivas», por lo que tuvieron que detener su desempeño y proyectos por varios meses.

En ese tiempo, dijeron, no pudieron iniciar acciones para combatir la desinformación sobre el virus y atacar dos problemas en crecimiento: la violencia contra las mujeres y la xenofobia hacia personas migrantes.

Ejemplo de ello, aclararon, es Honduras, donde se dictó un toque de queda y hubo persecuciones a personas que regresaban al país. Estas persecuciones, dijo el gobierno, buscaban reducir al mínimo el número de contagios de Covid-19. Mismo modus operandi aconteció en El Salvador y Chiapas, en México.

Como resultado, agregaron las organizaciones, las y los campesinos se vieron obligados a no trabajar sus tierras ni tampoco vender productos o salir a las calles. Muchas personas rechazaron ir al hospital por miedo a ser agredidas, muchas familias padecieron hambre, hubo despedidos «descontrolados» y el acceso a mascarillas o gel antibacterial era nulo.

Una vez, comentaron dos integrantes de organizaciones de Honduras, el gobierno anunció la disminución de muertes por coronavirus y redujo las medidas sanitarias; esto abrió la posibilidad de emprender acciones a favor de las personas que más lo necesitaban, como repartir despensas a las familias desprotegidas, elaborar mascarillas y gel antibacterial para toda la población, incluso la que se encuentra en situación de cárcel, y producir medicamentos e infusiones naturales.

Melissa Martinez y Marianela Mejía, ambas integrantes de la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH), detallaron que se activaron campañas de desinformación en las que alertaban que en «los hospitales mataban a la gente» y que «tuvieron o no coronavirus las personas eran internadas». Esto impulsó que las organización, junto a la ciudadanía, retomara la elaboración de medicamentos naturales y el consumo alimentos elaborados a base de plantas.

Las organizaciones de la Red coincidieron en que personas de Guatemala y Chiapas, en México, aceptaron el confinamiento en sus casa, sin embargo, con el alza en los precios de los productos y la prolongación de la pandemia, los recursos que las familias tenían se terminaron. Esto produjo que el consumo local y el inicio de pequeños negocios fuera mayor.

Las integrantes de Liderazgo Individual y Mamá Maquín, organizaciones de Guatemala, declararon que exigieron apoyo al gobierno de su país para brindar equipo de protección al personal médico, pero éste respondió que no había presupuesto y se «lavó las manos».

En El Salvador, declararon dos integrantes de la Asociación de Desarrollo Económico Social (ADES), se vive una situación similar, ya que el Estado sólo se ha dedicado a implementar toques de queda, tergiversar los datos sobre el número de muertes por Covid-19 y encarcelar personas en las estaciones migratorias en lugar de implementar medidas de bioseguridad.

«La situación dijeron que estaba bien. Todos volvimos a los trabajos, pero en junio y julio hubo un rebote y muchas personas fallecieron, pero la gente sigue trabajando. El Estado maneja la información a su conveniencia política, por ello hemos desarrollado pequeñas campañas, pero tememos por el futuro», dijo Miriam García de ADES.

Respecto a la Ciudad de México, integrantes de Instituto para las Mujeres en la Migración (IMUMI) y otras organizaciones explicaron que han buscado un diálogo con las autoridades para atender el aumento de las detenciones de mujeres embarazadas o con una enfermedad en las estaciones migratorias, pero éste ha hecho caso omiso a sus peticiones.

Además, declararon, son testigos de cómo la violencia de género se ha agravado, por ejemplo, en el norte del Estado de México tienen registro de que la desaparición de jóvenes de 15 años se disparó, pero aún no tienen indicios de quién o quiénes están cometiendo este delito.

Caminos a seguir

Luego de estos hallazgos, las organizaciones y colectivas se reunieron en las comisiones de «fortalecimiento interno», «formación», «comunicación» e «incidencia», esto con el fin de definir las estrategias a seguir para enfrentar las problemáticas que se han desarrollado en lo que va de la pandemia.

Como primera solución, la Red determinó iniciar una campaña contra la xenofobia en los meses de noviembre y diciembre, que dijeron, son los meses en los que más personas migran de sus países. También propusieron seguir promoviendo los comercios locales, los negocios pequeños, la solidaridad entre las personas y la recuperación de las tierras para reducir la escasez de alimento.

Otra alternativa, dijeron, será realizar talleres virtuales, en los que se enseñe sobre medicina tradicional, infusiones medicinal, elaboración de gel antibacterial y tapabocas, así como campañas que informen sobre el derecho a migrar, las casas de acogida y el papel que desempeñan las organizaciones y colectivas.

La Red espera reunirse el 28 de noviembre de este año para continuar con la promoción de los derechos de las mujeres en las migraciones y garantizar que todas puedan acceder a la educación, salud y demás. Asimismo, desea evaluar si debido a la pandemia se generan o no otros obstáculos.

En el Encuentro también participaron organizaciones como Las Patronas de Veracruz, la Red de Gestoras en Defensa de los Derechos Humanos de la Frontera Sur-occidental de Guatemala-México, el Comité Local de Migración de Chaculá, Guatemala, entre muchas más.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *