Pedro Infante, a 59 años de inmortalidad

En un día como hoy muere Pedro Infante Cruz a la edad de 39 años cerca de Mérida, Yucatán, y nace la leyenda del icono de la «Época de Oro» del cine mexicano

Redacción

[dropcap]M[/dropcap]éxico es, probablemente, de los países que más se entrega a sus ídolos. No importa que lleven más de 50 años muertos o que, como Luis Miguel, no hayan sacado un disco nuevo en casi una década. Los que llegan a tocar algún día el corazón mexicano saben que están llamando a las puertas de la inmortalidad. Los venerarán sus contemporáneos, pero también sus hijos y los hijos de sus hijos. Así se producen las situaciones más curiosas: Un hipster que comienza la noche con Disclosure y la acaba con José Alfredo Jiménez. ¿Quién le iba a decir a Pedro Infante, uno de los dioses con más fieles de la historia fan mexicana, que a los 59 años de su muerte se iba a convertir en trending topic? Esas cosas pasan en México.
Los ídolos mexicanos suelen tener algunas cosas en común: fama de parranderos, borrachos, mujeriegos y muy románticos. Y además, cantan y actúan. Esas cuatro «virtudes» las encuentra uno en Pedro Infante, pero también en Jorge Negrete, Javier Solís y Vicente Fernández y las más jóvenes las buscan en Luismi y El Potrillo (Alejandro Fernández). Casi siempre les acuñan apodos épicos como El Sol de México (Luis Miguel), El inmortal Pedro Infante, El hijo del pueblo (José Alfredo Jiménez), El rey del bolero ranchero (Javier Solís), El charro cantor (Jorge Negrete) o El Sinatra de la música ranchera (Vicente Fernández).
Pedro Infante fue de los primeros en inaugurar este peculiar fenómeno fan mexicano, convirtiéndose en una leyenda. Como icono de la Época de Oro del cine mexicano, la escritora Ángeles Mastretta cuenta en un artículo para este diario que 20 años después de su fama y su muerte, en los sesentas y setentas, «las películas de Pedro Infante sobrellevaron la convivencia con el rock de Elvis y la drástica irrupción de los Beatles». Y explica sus inicios: «Alcanzó a mis abuelos al final de su juventud, fue la piedra de toque y la fascinación de los cuarentas y cincuentas: no hubo entonces imaginación que se le resistiera, ni falda que no inquietaran sus canciones».
Nació en el seno de una familia humilde en Sinaloa en 1917, fue el cuarto de 14 hermanos. No alcanzó a terminar la primaria porque trabajó desde muy joven. Cuentan que él mismo hizo su primera guitarra y la usó para cantar. Mastretta señala que «comenzó siendo el ídolo de los pobres y en un rato entró como la humedad a todas partes».
Falleció en abril de 1957 en un accidente cerca de Mérida, Yucatán, a los 39 años. Cuando murió era el cantante más rico y admirado de México. A su entierro acudió más de un millón de personas. Este viernes lo recordamos con algunos de sus mejores momentos en vídeo.
«No vale nada la vida, diría él que cantó siempre como si la vida valiera todo», sentencia Mastretta.
La famosa escena de Pedro Infante y Jorge Negrete en la película Dos tipos de cuidado (1952)

https://www.youtube.com/watch?v=2zra0CpKNSg

(Con información de El País)

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