Poligrafo Politico / Darinel Zacarias

¿Hijo de tigre, pintito?

«El parado de mi pueblo, llena de angustia sus manos, que tristes tiene las manos, el parado de mi pueblo, dando vueltas a la noria, sin jornal y sin historia» Joaquín Sabina

La política es efímera. Nada es eterno, políticos van, políticos vienen. Hoy son rojos, mañana verdes y luego morados. La política es construir, edificar, congregar ideas y hacer amigos.
Las vendettas en política en nada abonan, al contrario hacen un caminar más embrollado. La gobernabilidad se erige y sostiene a través de coyunturas, sumando y escuchando voces. Nunca, jamás promoviendo rabietas y encono.
Unión Juárez, es un gélido municipio. A unos 45 minutos de Tapachula, enclavado bajo las faldas del majestuoso Tacaná. Allí, el efecto Bandwagon de Movimiento de Regeneración Nacional, benefició a Doni Verdugo Aguilar.
Su conmiseración la vendió y muchos le compraron la idea. Era o es el edil de capacidades diferentes, indiscutiblemente vendió su lado «ternurita» y hasta allí, todo está muy bien.
Sin embargo, este municipio turístico necesita una agenda de trabajo que permita sacarlo del abandono y la marginación. Ponerlo de pie, diseñar un plan de rescate y propiciar soluciones a problemáticas claves.
Envalentonado el edil de la Suiza Chiapaneca ha confundido y sigue en su mundo partidista. Ha dado muestras de cerrazón y de contar con una mente cuadrada. Siempre, atendiendo las sugerencias de su progenitor, un exedil que a decir verdad es de los peores gobernantes de este municipio.
La historia no miente. La ciudadanía espera en Doni Alan la posibilidad de manejar una historia que lo haga recordar como un buen mandatario. Tiene aliados en los diferentes órdenes de gobierno, que la ira y el hígado, no le ganen.
En sus primeros casi cuarenta días de gobierno, parece que sigue empecinado en seguir la misma liturgia que su padre. Una ideología de izquierda de doble moral, un discurso rancio y disidente.
Un parque central sucio, mala y pésima iluminación, deslaves que no cuentan con señalización vial, un plan de turismo inexistente. La austeridad que propone Andrés Manuel no significa cerrazón, ni ineptitud.
Repito, alberga en su gobierno un equipo de trabajo nuevo, sí. Nadie objeta lo contario. Lo malo es que gobernar no debe ser sinónimo de improvisación. Parece ser que tratan de imitar una ideología del que llaman su redentor.
Y es una ideología mal copiada, mal ejecutada y eso los hace clichés. Copias asequibles. Habría entonces, que replantear la idea, ver sus ejes de trabajo y sobre ellos caminar.
Ratificó tiene todo para heredar una historia de ejemplo y de entrega. De vocación de servicio. Mantener un Unión Juárez limpio y ordenado, iluminado, seguro, de atención al turismo, de promoción al deporte y la cultura es de meterle cerebro y de hacer sinergia con sus colaboradores.
La manera de promover una cuarta transformación en México es buena, nadie dice lo contrario. El aforismo reza ¡Prometer no empobrece! Pues las promesas siempre deberán ser atractivas, el chiste es que nunca son viables.
La sentencia a los ediles fue ¡No salir con tonterías! dijo Andrés Manuel López Obrador. -No piensen en un pueblo, callado, sumiso. No se equivoquen, ya son otros tiempos-
Sano consejo es, sacudirse al papá. Arraigarlo y evitar que le haga mala sombra. Mucho ayuda el que no estorba.
Él ya gobernó. Ya tuvo su espacio y tiempo. Doni Alan, en tus manos está cambiar aquel axioma que dice ¡Hijo de tigre, pintito!
Usar las coyunturas, es una estrategia sana a la que recurren los buenos políticos.
¿Quién dijo que tengo sed?

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