Poligrafo Politico / Darinel Zacarias

Don Soberbio Mandilón

¡Pobre aprendiz de brujo, que escupe al firmamento! Joaquín Sabina

Como reza ese estribillo de José Alfredo Jiménez ¡Nada te han enseñado los años! Es justo lo que le queda como anillo al dedo, al altanero edil de Tapachula Óscar Gurría Penagos.
Si con un simple cargo de alcalde anda de insoportable y engreído, ahora imagínense si hubiera sido candidato del Movimiento de Regeneración Nacional a la gubernatura de Chiapas y, aún más, resultado electo. ¡Dios nos libre!
Si Gurría, fuera un político maduro y con tablas, sensato y con aspiraciones futuras, debería llevar clases de humildad, de temple y condescendencia,
La arrogancia y la petulancia son propias de ignorantes y ambiciosos. En nada abona a su recién estrenada y conferida responsabilidad.
Su proceder refleja irritabilidad, encono y rabieta. Llegó con una egolatría insuperable. Como redentor bravucón. Con un cliché de innombrable, ecuánime y cerrero.
También acusado de tener un árbol genealógico en las nuevas arcas de Tapachula. Impropio a la ideología política de Andrés Manuel López Obrador. Gurría, empotró en las listas de «raya» a su parentela.
Inexorable y déspota con la prensa, se ha dedicado a menospreciar y encarar a los medios de comunicación. Cerrado al diálogo y al ejercicio periodístico. Contrapuesto a la sonada Cuarta Transformación.
¿Tocado por Dios? Precisamente así se proyecta el nuevo inquilino de Tapachula. Irascible e intransigente, pero llorón.
Mientras hace unos días el gobernador electo Rutilio Escandón se pronunció por un estricto respeto a la Libre Expresión y al oficio de los colegas periodistas. Óscar Gurría, muestra un comportamiento desacertado.
Su doctrina política la tiene mal definida. Confunde la austeridad con cerrazón. El respeto con altivez. Prudencia con la insensatez.
Y si hablamos de corrupción, mejor que se muerda la lengua. O es parte de los bussines que se cocinan dentro de algunas áreas o lo están llevando al baile. Pero el tema de la basura, la renta de camiones y demás pillerías, lo dejan completamente denudo.
Aquella denuncia que obra en archivo bajo la nomenclatura 0661-101-0010-2017 por el delito de acoso y hostigamiento sexual contra el vetusto edil tapachulteco, es solamente la punta del iceberg y el prototipo de persona que en realidad es.
Morboso y libidinoso el edil. Pero, para nadie es un secreto a voces que quién lleva las riendas de Tapachula es su cónyuge Laura García Arjona. Ella, es la voz sonante y constante. Manda, instruye, elige, promueve y asigna.
Él, es solamente una marioneta. Un intento de hombre arrogante, pero en realidad es un mandilón.
Hasta su equipo y su misma gente, se encuentra ya molesta e irritada con el motejado como Dr. Chapatín.
PD: En Cacahoatán el edil Julio Calderón Sen ha dado banderazo a 14 obras de bienestar para sus coterráneos. En pocos días, ha dado muestra de trabajo. Una vez encarrilado en su responsabilidad conferida, esperamos cosas que le permitan construir la ciudad que vitorea en su lema gubernamental. Bien, muy bien.

¿Quién dijo que tengo sed?

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