El actual secretario de Salud, aspirante a la rectoría de la Unach, busca que para 2020 la máxima casa de estudios de los chiapanecos sea socialmente responsable y de clase mundial
Rodrigo Ramón Aquino
[dropcap]P[/dropcap]ara el 2020, la Universidad Autónoma de Chiapas será reconocida como una institución socialmente responsable y de clase mundial por su calidad, relevancia y contribuciones al desarrollo científico, tecnológico, a la innovación, a la construcción de escuelas de pensamiento y al desarrollo humano de la sociedad chiapaneca y del país. Esta es la visión de Carlos Eugenio Ruiz Hernández, contenida en el proyecto «Por una nueva reforma educativa» que presentó a la Junta de Gobierno de la Unach como aspirante a ocupar la rectoría para el periodo 2014-2018.
«Estoy consciente de que hacer realidad el proyecto para la próxima administración de la Unach representa un gran desafío para los universitarios. Implica focalizar todos los esfuerzos y recursos institucionales en el objetivo de consolidar y armonizar las características de una universidad como la que planteamos. Enfrentar desde ahora ese desafío requiere precisar el camino que es necesario recorrer en los próximos años. Esto demanda, desde luego, la actualización de nuestro Plan de Desarrollo Institucional», explica el aún Secretario de Salud del Gobierno de Chiapas, quien esperó al día de cierre de la convocatoria para inscribirse en el proceso de auscultación.
El nombre de Carlos Eugenio ha sonado muy fuerte para suceder en el cargo de rector a Jaime Valls Esponda, incluso desde antes que la Junta de Gobierno emitiera la convocatoria. Lo que llama la atención es que aunque es uno de los aspirantes que menos declaratorias ha hecho a la prensa, de los que, pareciera, menos se ha movido para atraer los reflectores, la opinión pública lo ubica como uno de los que más probabilidades tiene de encabezar el proyecto que guiará el rumbo de la máxima casa de estudios de los chiapanecos los próximos años.
«La verdad es que hemos tenido mucho trabajo. Hicimos frente a los caso de chikungunya, que como sabes es una enfermedad emergente, tuvimos, pues, que elaborar la estrategia en el camino; vino gente del nivel central y hemos sostenido continuas reuniones. También para la visita del presidente Enrique Peña Nieto debíamos tener todo listo con la nueva infraestructura hospitalaria, y para ello recorrimos los municipios. Y otro tema que me ha ocupado es hacer frente a los diversos vectores. Ha sido más por trabajo que otra cosa.»
–De verse favorecido por la Junta de Gobierno de la Unach, ¿en qué condiciones quedará la Secretaría de Salud, donde a juzgar por lo dicho hay mucho trabajo por hacer?
–Hemos rescatado gran parte de la imagen de la secretaría. En primer lugar se ha saneado la situación financiera. Por ponerte un ejemplo, cuando inicié, el abasto de medicinas y material de curación era del 20 por ciento, hoy te puedo decir que estamos en el 87 por ciento y que las estrategias que he establecido han sido favorables. Hemos trabajado también con el sindicato, siempre con respeto y acuerdos, para beneficio de la institución y de los trabajadores. Ya cerca de dos años sin problemas laborales, eso hace que funcionen bien las cosas. Ahora, desde el punto de vista de la salud pública, hemos venido trabajando con los vectores, y en este momento te puedo informar que en relación al dengue, en el 2012 eran más de 4 mil casos, con 10 muertes; el año pasado fueron poco más de 2 mil casos, y con cinco muertes, eso es una mejora.
Objetivos claros
–El proyecto que presenta para el proceso se llama «Por una nueva reforma educativa»: ¿cómo concibió estas directrices y que se busca con ellas?
–La propuesta es el resultado de mi paso por la universidad, ya son 34 años de conocer la vida interna, la administración, los programas de estudio, etcétera. Soy profesor de tiempo completo en la Facultad de Medicina y tengo una experiencia de 15 años a nivel central, fui dos veces secretario académico y he ocupado otros tantos cargos que me permiten tener una visión muy clara de nuestra universidad y de lo que se debe hacer para caminar a la excelencia.
El proyecto del que habla el doctor se trata de un diagnóstico de la Unach, elaborado por un grupo de académicos y de profesionales vinculado al quehacer universitario y a los colegios profesionales. De él se desprenden objetivos centrales como: Proveer una evaluación global de la situación en que se halla la universidad. Articular el ámbito universitario con los distintos niveles y modalidades restantes de la Educación Superior en México. Modernizar el régimen académico e inducir procesos de calidad académica integral, abarcando los ingresos, el proceso y los resultados.
También busca instalar la investigación como eje de la función universitaria y reforzar la enseñanza de posgrado. Articular la tarea universitaria con las demandas de la sociedad y el estado y, particularmente, con las demandas regionales. Incrementar y racionalizar el financiamiento de la universidad y crear la función de acreditación, regulación y supervisión de los servicios educativos que preste la universidad para garantizar calidad en los resultados.
«Cuando se funda la Unach, el gobernador Manuel Velasco Suárez consigna que la Universidad Autónoma de Chiapas tiene que formarse, porque el principal recurso que tenemos para darle respuesta a nuestro estado es la juventud. Y continuando con ese legado, nosotros tenemos que formar alumnos de calidad, competentes, como siempre lo he hecho, pero, además, que tengan identidad unachense, un sentido de orgullo por su alma mater, que actúen con ética y dignidad. Tendremos tres meses para conformar con ellos el proyecto de universidad que queremos, que atienda también la cuestión laboral y actualice el marco jurídico, pues desde hace 25 años no se han hecho mayores cambios y hoy la universidad responde a otra realidad. «
Compromiso con el legado
Carlos Eugenio Ruiz Hernández se dice comprometido con los alumnos que se forman y formarán en la universidad que aspira a dirigir, con los docentes y administrativos que hacen que una institución como la Unach funcione, pero también, al ser su ex alumno, comprometido con el legado del doctor Manuel Velasco Suárez, a quien considera un gran académico, un gran investigador, un hombre altruista, humanitarista y bioetisita.
«Para mí sería un enorme privilegio continuar con su legado, y un enorme compromiso que demandaría de mí mucha pasión, sobre todo en las tres funciones primordiales de la universidad: la academia, la investigación y la extensión de la cultura.»
Finalmente, y sobre el ánimo de movilización que hay en la comunidad estudiantil, derivado de los hechos lamentables ocurridos en Ayotzinapa, Guerrero, el aspirante a la rectoría dijo que lo abordará como siempre lo ha hecho, con diálogo, acuerdos y compromisos. Se dijo convencido de que si a los alumnos se les cumple con todo lo que una universidad pública está obligada a ofrecerles las cosas marcharán bien. «La universidad debe ser de ideas e ideales y ponerlos al servicio de la sociedad, si logramos que los alumnos se convenzan de esto, habremos dado el siguiente paso.»
