Retomar el Acuerdo de Paris / Claudia Corichi

Hace casi 5 años, durante la COP21, líderes de diversos países lograron el avance más destacado en materia de Cambio Climático, después de más de 10 años de trabajo –aunque sin acciones vinculantes– derivado del Protocolo de Kyoto. El Acuerdo de París surge para «reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático manteniendo el aumento de la temperatura mundial en este siglo por debajo de los 2 grados centígrados».

Con este instrumento internacional, basado en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, se establece una ruta de trabajo con el objetivo común de hacer frente a los efectos del cambio climático con un nivel bajo de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), que exige cooperación, contribuciones y obliga a las Partes a informar sobre sus emisiones de CO2.

A pesar de los beneficios universales de las medidas implementadas por el Acuerdo, desde mediados de 2017, Donald Trump declaró que su administración promovería la salida de Estados Unidos, país que ocupa el 2° lugar en emisiones de carbono y es responsable del 13% a nivel mundial (5416MtCO2). China es el principal generador de GEI, los 3°, 4° y 5° son India, Rusia y Japón. Los únicos países latinoamericanos en el top 20 del ranking por emisiones son México en el lugar 12 y Brasil en el 14.

El pasado 4 de noviembre, un día después de las elecciones presidenciales y antes de que se conocieran los resultados preliminares, se formalizó la salida de Estados Unidos, único país en hacerlo. Solo otros 7 países están fuera del acuerdo: Eritrea, Irán, Irak, Libia, Sudán del Sur, Turquía y Yemen. Al tiempo que esto ocurría, el candidato demócrata, Joe Biden, prometía el regreso como primera acción de su mandato. Esto es un claro indicio del regreso al espíritu de cooperación de ese país como integrante de la comunidad internacional.

Sin embargo, el daño está hecho. Los efectos negativos generados durante toda la Administración Trump y su obstinada determinación de salir del Acuerdo y fomentar acciones industriales en detrimento del ambiente se calculan en un incremento de 1800 millones de toneladas extra de GEI que tendrán repercusiones globales hasta 2035.

Los mecanismos multilaterales surgen para atender las necesidades urgentes de impacto global. La postura política de los líderes mundiales sí influye en el clima internacional y en las acciones globales. Por otra parte, la pandemia ha forzado la disminución de emisiones y retrasado la COP 26 (Glassgow, 1-12 de noviembre del 2021), pero la evaluación para dar seguimiento al progreso en la materia y los ajustes pertinentes son un reto para todas las Partes.

El cambio climático constituye una emergencia global al igual que la pandemia de COVID Combatir ambos males va de la mano.

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