Si ando en campaña: Rutilio Escandn

El Magistrado Presidente del Poder Judicial de Chiapas recorre el estado en franca promoción, pero no de un proyecto político personal, sino de una nueva cultura de impartición de justicia: «Simplemente acercamos las instituciones a las personas»

Rodrigo Ramón Aquino

¿Qué si Chiapas es conflictivo? Sí ¿Qué si hay municipios más conflictivos que otros? Por supuesto. Y Venustiano Carranza ocupa un sitio preponderante en esta escala. Tierra de músicos, compositores y poetas, el antiguo pueblo de San Bartolomé de los Llanos, fundado a mitad del siglo XVI, se ha distinguido en el devenir de su historia por conflictos armados, agrarios y de injusticia social. Dadas estas circunstancias, ¿cómo transcurre la infancia?

«Empiezas por sensibilizarte, por tomar un papel adelantado, un papel que no te corresponde. Dejas de hacer lo propio de tu edad, que es jugar e ir a la escuela. Y las circunstancias te empujan a pensar de otra forma. A buscar soluciones. Por eso desde los primero años de primaria ya pensaba estudiar algo que ayudara a solucionar los problemas de mi pueblo. Pensaba ser ingeniero agrónomo, porque había problemas con la tierra. Abogado, para defender a la gente que no tenía quién la defendiera y por lo que se cometían muchos abusos. También pensaba ser doctor para curar a las personas. Había mucho abandono.»

Rutilio Escandón Cadenas, presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Estado de Chiapas, nació en Venustiano Carranza, Chiapas, en 1958. Pueblo que el 27 de marzo de 1852 fue elevado al rango de ciudad por el gobernador Fernando Nicolás Maldonado, pero que, sin saberse exactamente por qué, el gobernador Manuel Velasco Suárez ratificó en 1972.

«Tuve el gusto de conocer al gobernador Manuel Velasco Suárez. Y creo que a partir de su gestión las cosas empezaron a cambiar. Se empezaron a componer. Porque don Manuel fue un hombre muy humano; una persona que se ocupó mucho por ayudar a la gente humilde, a los indígenas.

Que se preocupó mucho por la educación. Precisamente yo estudié en una escuela secundaria técnica agropecuaria fundada por el presidente Luis Echeverría y el gobernador Manuel Velasco. Lo recuerdo muy bien porque tres años después ambos volvieron a Venustiano Carranza a ser los padrinos de la generación.»

Hijo de padre agricultor y madre ama de casa, al concluir la secundaria, Rutilio Escandón Cadena obtuvo un beca para irse a estudiar a Baja California (en aquel momento, le resultaba más económico emigrar a otro estado que estudiar en Chiapas, dadas las condiciones adversas de infraestructura carretera y falta de oportunidades). Allá conocería a un peculiar chiapaneco, nacido en 1920 en Copainalá, pero ahora gobernador constitucional de Baja California: Milton Castellanos Everardo, quien a la postre se convertiría en su mentor.

«Tuvimos una gran amistad con el gobernador Milton Castellanos, un hombre muy preparado que ha sido hasta ahora –no porque lo diga yo, sino porque así se le recuerda– el mejor gobernador que ha tenido Baja California. Se habla de un estado antes y después de él. Lo transformó. Hace como dos o tres años falleció, pero siempre mantuvimos contacto. Cuando fui diputado y senador me invitaban a dar conferencias allá e iba con mucho gusto. Y cuando él venía al estado, nos reuníamos. Gracias a él también fui periodista.»

EL PERIODISTA

Al concluir la carrera de Derecho en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), Rutilio Escandón se hizo periodista. Este episodio poco conocido de su vida es una de las experiencias más gratificantes de su formación profesional.

La ocasión se dio cuando su amigo Milton Castellanos le pidió reclutar a jóvenes estudiantes de distintas carreras universitarias que tuvieran interés en colaborar en una sucursal del periódico nacional Novedades.

Formados mediante un curso intensivo durante un año, los noveles reporteros realizaban prácticas periodísticas bajo la guía de los maestros de Novedades-México y gozaban de un salario. A Rutilio le tocó lo clásico: cubrir nota roja, cultura, economía y finalmente política. Después de un tiempo asumió funciones de editor del Novedades de Baja California, que llegó a ser una de las publicaciones más influyentes de la región. Además, fundó el sindicato de trabajadores de la publicación, del que fue el primer secretario.

Entre la reporteada y el servicio público (director del Trabajo y Previsión Social, subdirector del Registro Público de la Propiedad, presidente del Comité Electoral de Mexicali, entre otros cargos), Rutilio Escandón vivió en aquel estado cerca de 13 años.

EL SER POLÍTICO

Durante su estancia en Baja California, Rutilio Escandón realizó suficiente trabajo de campo como para acercarse a la gente (se sumó a las filas de las brigadas de vacunación durante sus años de escuela), fue periodista y formó el sindicato de trabajadores de Novedades con un enfoque de izquierda, se enroló en el servicio público y formó distintos grupos políticos. Algo se estaba cocinando en su ideario.

«Soy opositor desde mi infancia en Venustiano Carranza dadas las condiciones adversas y creo que la política no es estar en todos los movimientos, sino hacer bien el trabajo, pensando siempre en un objetivo: mejorar las condiciones de vida del lugar en donde se esté. La política es buena, los malos son los que se alejan del concepto y hacen demagogia. Los que buscan intereses de grupo o personales. Los que prostituyen a la política. No somos ajenos a ella o no deberíamos, porque se hace política en todas partes.»

—Oye, Rutilio, qué vas a hacer. Yo veo que a ti te gusta la política –el magistrado recuerda una conversación crucial con su amigo y consejero Milton–: Participa en el frente juvenil para que seas diputado, o búscala de regidor para que vayas empezando.

—Licenciado, yo le agradezco mucho, pero yo me quiero ir a Chiapas. Baja California me ha tratado muy bien pero no me hallo sin estar en mi estado. Quiero empezar mi carrera política en Venustiano Carranza.

—Pues lánzate.

Rutilio Escandón llega a Chiapas siendo subdelegado nacional de Migración. Al poco tiempo funda lo que hoy es el Instituto Estatal Electoral, del que fue su primer director general, y a quien le tocó conducir un proceso de elección en momentos de mucha turbulencia política. Con un órgano electoral autónomo de avanzada (había incorporado las figuras de consejeros ciudadanos previo a la reforma de 1996) se empataron las elecciones federales con las locales y se lograron instalar casillas aún en territorio en conflicto. Al concluir esta tarea y derivado de los trágicos acontecimientos de Acteal, Escandón decide, por fin, afiliarse al Partido de la Revolución Democrática.

CARRERA CON OBSTÁCULOS

Fiel a su palabra, Rutilio Escandón inició su carrera política en Venustiano Carranza. A pesar de vivir en Tuxtla Gutiérrez desde que llegó de Baja California, buscó la diputación local por el distrito que le correspondía a su pueblo natal, donde hizo, asegura, una campaña para ganar.

«Fue muy difícil caminar mi pueblo siendo oposición, no obstante ganamos, pero nos la quitaron. Fue una elección de Estado. No me dieron la oportunidad de estar en el Congreso. Gané en el 90 por ciento de las casillas, pero ellos ganaron la elección con el resto. Desde luego que la ciudadanía de mi distrito, gente de combate, estaba muy molesta, pero afortunadamente se pudo luchar civilizadamente en los tribunales… Yo siempre he estado a favor de hacer las cosas de acuerdo a la ley, respetando las garantías de todos. Soy enemigo de tapar carreteras, invadir predios. Soy un político de izquierda pero constitucional.»

Tras esta «derrota» el nuevo perredista se encuentra pronto inmerso en otra elección: la de presidente estatal del partido. Considerado advenedizo y de dubitativa inclinación a las causas de izquierda, los liderazgos del estado se unificaron en su contra. Con todo, volvió a ganar, pero los órganos jurisdiccionales internos a nivel nacional (irónicamente llamados Garantías y Vigilancia) decidieron que no y como premio de consolación le dieron la secretaría general.

Al año de ocupar esta posición y aún con ganas de la «revancha» tanto en Venustiano Carranza como al interior del partido, una serie de eventos inesperados pusieron a Rutilio en la elección interna para la candidatura al Senado de la República y luego en la constitucional donde el PAN, con todo el efecto Fox, como el PRI, con todo el aparato de gobierno, eran los verdaderos contendientes.

«En un lejano tercer lugar de acuerdo a la encuestas, en Chiapas se esperaba que el PRI ganara y el PAN se quedara con la primera minoría. Todos los candidatos del PRD se fueron al tercer sitio y grande fue la sorpresa que sólo yo quedé en segundo lugar. Eso sí, fue una campaña muy intensa, recorrí el estado como 20 veces, municipios y comunidades, de día y noche. Así fue como me hice senador en el 2000.»

SIN RENCORES

Esta entrevista de personaje quedaría a medias si no abordáramos los sin sabores de la actividad política. Rutilio Escandón Cadenas los conoce muy bien. Y aunque preferiría no referirse a ellos dada la posición que actualmente ocupa en el gobierno de Manuel Velasco Coello, poco a poco depura esos episodios:

—Caminaste en campaña con Pablo Salazar, ¿cierto?

—Sí, al principio lo apoyamos con todo, porque era la ilusión que gobernara una alianza. Pensábamos que iba a ser una alianza democrática, no lo fue. Él tenía mucha desconfianza de mi participación, me rechazaba. Pero aún así lo apoyé, por convicción. Porque yo no creo en las personas sino en los proyectos.

—¿Y con Juan?

—…quiero ser muy claro: yo no guardo ningún rencor. No voy a perder tiempo en pelear con nadie. Lo pasado es pasado. Mi objetivo es sacar adelante la justicia, trabajar por las familias de Chiapas.

—Cercano a Andrés Manuel López Obrador, incluso lo apoyaste en la elección más reciente, ¿sigues siendo de izquierda, perredista, luego de apoyar a Manuel Velasco en la estatal?

—Sigo siendo de izquierda y moriré de izquierda. En su momento lo hice público: a nivel nacional iba a apoyar a Andrés Manuel como siempre lo hecho, pero esta vez no apoyaría al PRD en Chiapas, porque ya habíamos tenido dos experiencias con gobernadores que no fueron de izquierda nunca, siguieron con su misma ideología. En esta tercera ocasión la candidata impuesta por el PRD nacional tampoco era de izquierda. Y por Manuel Velasco siempre he tenido un reconocimiento a su trabajo, desde que era muy joven. Además, déjame recordar que fue congruente al votar en contra del desafuero de AMLO.

OTRA CAMPAÑA

A mediados de enero de 2013, la Comisión Permanente del Congreso del Estado nombró a Rutilio Escandón Cadenas magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) a propuesta del gobernador Manuel Velasco Coello. Para abril del mismo asumió la presidencia tras la renuncia de Óscar Rolando Rovelo Ramos.

Desde sus primeros minutos como presidente del Poder Judicial se comprometió a mantener un contacto directo con los ciudadanos en cada una de las regiones del estado. A casi un año de su gestión sigue pensando que…

«La única tarea que me tiene ocupado es trabajar de manera muy respetuosa e imparcial por la justicia a favor de los chiapanecos. Por sacar adelante esta gran responsabilidad que depositó en mí, primero, el gobernador del estado; segundo, el Congreso, y en tercera instancia, mis compañeros del Tribunal Constitucional.»

—Con tanta movilidad por el estado, se dice que Rutilio Escandón está en campaña…

—Sí estoy en campaña, pero de una nueva cultura del Poder Judicial del Estado. Es muy importante motivar a la sociedad. Que aunque sea por curiosidad vea que tiene derechos, que tiene garantías, que puede acudir a los tribunales. Lo que hacemos es acercar la justicia al pueblo. Y lo cierto es que si no ha difusión, si no hay publicidad, si la sociedad no se entera cómo defender sus derechos, no vamos a avanzar, aunque tengamos instituciones de avanzada. En Chiapas hay un tribunal que los escucha, que los entiende y que los protege.

—¿Entonces sí estás en campaña?

—Estoy en campaña…

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Un comentario

  1. Me pregunto, del como se refirio Rutilio Escandón Cadenas contra la propuesta anti -protesta de Manuel Velasco, cuando le preocupan la validez de los derechos y garantias del pueblo

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