Siguen sumandose aterradores casos a lista de feminicidios en Chiapas
Hector Estrada

[dropcap]P[/dropcap]arece que el tema de los feminicidios no se cansa de acaparar los titulares de la nota roja en Chiapas. Esta semana, mientras muchos concluían el puente vacacional de las fiestas patrias un nuevo asesinato cometido en la entidad chiapaneca aterrorizó a propios y extraños hace sólo un par de días.
La noticia es escalofriante. En el municipio de Motozintla una mujer de 32 años fue decapitada y arrojada a los matorrales de la manera más atroz. Un caso en donde los niveles de violencia nuevamente van más allá del entendimiento humano.
Sólo un día después se daban a conocer los resultados de la investigación acerca del caso de Sandra Luz Díaz Morales, asesinada el pasado mes de agosto –según las investigaciones- por su propia esposo quien habría decidido cometer el homicidio con el objetivo de evitar el reparto de bienes en el proceso de divorcio.
Estos casos se suman al de Viridians, asesinada a manos de su pareja sentimental, el ex secretario particular del senador Luis Armando Melgar Bravo. Además de otros tantos expedientes más de feminicidios que aún se encuentran en las mesas de los juzgados chiapanecos.
La persistente recurrencia de este tipo de muertes dolosas en Chiapas desconcierta a cualquiera, pues – en gran parte de los expedientes- se trata de mujeres asesinadas con saña, salvajismo y niveles de violencia propios de los asesinos más sádicos.
Aunque en gran parte de los casos los asesinos ya se encuentran detenidos y algunos confesos, lo que resulta escalofriante es la rápida aparición de nuevas historias, unas más aterradoras que las anteriores, dejando en claro que dicho asunto tiene su trasfondo en la evidente descomposición social.
Como ya se ha señalado, por lo menos en Chiapas, el tema no responde a razones propias del crimen organizado, se trata de asesinatos ubicados dentro del círculo afectivo de la víctima. Parejas, novios, esposos y hombres desensibilizados o deshumanizados capaces de los asesinatos más crueles.
Es un tema complicado de origen, un asunto que requiere de organismos más especializados y capacitados en atención a víctimas de violencia intrafamiliar, capaces de dar atención a mujeres violentadas física o psicológicamente para evitar que terminen sumándose a lista fatal de feminicidios en Chiapas.
Basta recordar el dato de la Procuraduría General de Justicia de Chiapas (PGJE), donde se asegura que en más del 70 por ciento de los casos denunciados, el verdugo termina siendo liberado por la propia víctima, quien por distintas razones desiste a la demanda y retira los cargos. En algunos casos se convierte en una decisión fatal.
Aunque se trata de un asunto meramente legal, se debe reconocer que la gran mayoría de las víctimas son mujeres enfermas por violencia, sobajadas, minimizadas, inseguras, débiles, aterrorizadas y manipuladas por los efectos psicológicos de las circunstancias mismas. Pacientes que necesitan guía y asesoría para no ceder ante lo que hoy resulta casi inevitable.
En algo están fallando las dependencias de los tres niveles de gobierno encargadas de atender tan alarmante tema. No sólo se trata de levantar denuncias y brindar asesoría legal, es esencial otorgar acompañamiento psicológico enérgico, brindar protección e implementar investigaciones de verdadera profundidad que no necesiten esperar hasta el asesinato.
Hoy los feminicidios en Chiapas parecen ser sólo menester de la procuración de justicia, dejando a los temas de prevención y atención oportuna como mero tema para elaboración de expedientes. Lo importante es evitar que la violencia se convierta en casos fatales.
Es momento que Fiscalía Especializada en Protección a los Derechos de las Mujeres y, porque no, la propia Secretaría de Empoderamiento de la Mujer reconsideren parte de su visión para involucrarse en acciones que sí incidan en la protección de las chiapanecas; porque de poco servirá el reparto de recursos, mientras sigan siendo asesinadas.

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