Sin lugar para mezquinos / Rodrigo Ramn Aquino

Los legisladores federales de Chiapas se reunieron con el gobernador Rutilio Escandón Cadenas. Fueron invitados todos sin distingo partidista (dos faltaron, la representante de Palenque, Manuela Obrador, y el diputado indígena Humberto Pedrero, allá ellos y sus ocupaciones). El llamado: llevar la fiesta en paz y jalar parejo en este momento histórico.
¿Qué momento histórico? Bueno, nada más que presenciar el cambio de régimen. Un gobierno lo más cercano a la izquierda que hemos tenido, pero con claros tintes de social demócrata. Un gobierno con un liderazgo incuestionable que le apuesta a la lucha frontal contra la corrupción y que tiene un interés particular por Chiapas. No se vale ser mezquino.
Esto es que tendrán que aguantarse las ganas del protagonismo acostumbrado y el despilfarro de recursos para promocionarse con miras al próximo cargo (hago hincapié porque muchos en esa reciente foto con don Ruti no saben hacer otra cosa y muchos de los demás, es la primera vez que participan en política). Las reglas cambian.
Este pacto de civilidad política, en el que es tácito el acuerdo de no intervención ni entorpecimiento en la distribución de los programas sociales y de no fomento de actos disfrazados de autopromoción, permitirá un clima más saludable, más oxigenado en cuanto a lo político, lo que dará foco y atención a lo prioritario. Sin carreras adelantadas.

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