Sus manos, sus labios

Para alguien con espectro de Asperger, dibujar o hacer figuras con plastilina es, muchas veces, su única forma de comunicarse. Para Miguel Solis, artista que presenta una exposición en Tuxtla Gutiérrez, fue un don, una oportunidad de brillar

Sandra de los Santos / Aquínoticias

[dropcap]A[/dropcap]ntes de poder hablar, su forma de comunicarse era por medio del dibujo. Podría ser un lugar común para cualquier persona que se dedica a una disciplina artística o al deporte como para señalar que esa era su gran vocación; pero en el caso de Miguel la expresión es literal. Tiene un leve espectro de Asperger así que para él era más fácil dibujar o hacer figuras con plastilina todo el día que hablar o caminar lo que aprendió hacer hasta los cinco años.
Miguel Solis tiene 34 años de edad es originario de Monterrey, Nuevo León y desde los 22 años se dedica al arte de manera profesional. Su estancia en Tuxtla Gutiérrez se debe a la exposición que inauguró en el Museo de la Ciudad de Tuxtla así como los talleres y conferencias que dará en esta semana en la ciudad.
En toda la entrevista, Miguel no deja de trabajar, continúa trazando y dando sombras a algunas de las obras que son parte de su exposición: «Lexias +Varitas», que se inauguró este sábado 03 de agosto en la sala de exposiciones temporales del Museo de la Ciudad de Tuxtla y estará abierta al público hasta el 03 de septiembre.
Dice que debido a su condición le es difícil la socialización y el entender los estados de ánimo de las personas, aunque en la entrevista estaba más concentrado en dar las sombras que deseaba al dibujo que en la conversación misma. Habló sin parar durante una hora. Contó sobre sus inicios en el arte, de cómo le dedicaba más tiempo al dibujo que algún tipo de juego y cómo ha tenido que sobrellevar las etapas difíciles de la profesión.
«El talento creo que tiene que ver con lo que está uno más expuesto en su formación temprana, por ejemplo, mi primo y yo cuando jugábamos a las carreritas, él siempre me ganaba porque eso era lo que él hacía, en cambio, yo lo que hacía era leer y andar dibujando», cuenta.
La mayor parte de su obra se centra en representar el género femenino, aclara que utiliza ese término porque que algunas modelos que han colaborado con él son mujeres transexuales. Sobre su obra habla poco, dice que prefiere que sean quienes la ven las y los que la definan, que hablen por ella.
Desde hace un par de años, Miguel Solis se ha dedicado a explorar nuevas formas de financiamiento para las y los creadores, se ha profesionalizado en esa área por eso ofrecerá dos conferencias sobre el tema durante esta semana en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach) y en la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach).
Para el artista es importante que se exploren otras formas de sostenerse. «Hay que romper el paradigma de que el artista tiene que sufrir, tiene que ser pobre». Miguel Solis está usando plataformas digitales para vender, proyectar y monetizar su trabajo.
En una estancia en Japón aprendió acerca de la ideología oriental y del Ikigai, esta filosofía dice que hay que buscar lo que más se ama, lo que el mundo necesita, aquello en lo que se es bueno y aquello por lo que pueden pagarte y dedicarse a eso, ponerlo en el centro. Miguel Solis cree que el arte es su ikigai, eso que lo llena, lo que ama, lo que puede ofrecer a las y los demás.

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