Tener casa propia, sueño frustrado de millennials

La precaria situación económica a la que se enfrenta más del 40 por ciento de poco más de 37 millones de jóvenes en el país hace casi imposible el abandonar el hogar de sus padres y tener un patrimonio propio

Ana Liz Leyte / Aquínoticias

Adquirir una vivienda para la generación millennial resulta prácticamente imposible, debido a la precaria situación económica que enfrenta más del 40 por ciento de poco más de 37 millones de jóvenes en el país.

Aunado a ello, en Chiapas, la industria de la construcción ha sido una de las más afectadas desde por lo menos dos sexenios. Para este 2019, la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi) esperaba construir de dos mil 500 a tres mil viviendas, sin embargo, dicha meta no se cumplirá y tan sólo se llegará a un 70 por ciento de dicha estimación.

La tendencia de los precios para adquirir una vivienda siempre va al alza. Año con año hay ajustes en los precios y esto se debe a dos razones; por la inflación y porque los principales insumos de la construcción tienden a cambiar de precio.

«Las viviendas siempre tienen de un año para otro un ajuste que va del cinco al 10 por ciento del último precio. Reactivar el tren de viviendas es complicado porque no haces casas de un momento a otro, tienes que pasar por tramitología, una regulación y gestionar proyectos», declaró Jorge Burguete Torrestiana, presidente de Canadevi Chiapas.

Esta situación afecta principalmente a los jóvenes entre 25 y 35 años, quienes de alguna manera ya están inmersos en el mundo laboral, pues los castigados sueldos impiden que se tenga una cultura del ahorro y a su vez, puedan comprar una propiedad.

De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), existen 37.5 millones de jóvenes que laboran en el país. De ellos, el 50.6 por ciento perciben de uno a tres salarios mínimos mensuales, es decir: entre tres mil 60 pesos y nueve mil. El mismo organismo destaca que el 44 por ciento de los jóvenes se mantiene en situaciones económicas precarias.

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