Tubo de ensayo / Rene Delios

Desde luego que todos los gobernadores salientes en éste año, lo hacen completamente evidenciados por sus gobernados, quienes les cuestionan incumplimientos y deficiencias en sus administraciones, pero dentro de eso, hay una élite que comprende a tres que no han sido bajados de los titulares de los medios informativos del país, entre ellos uno como lo más amargo de toda esa hiel.
En efecto, se trata de los gobernadores de los estados de Chihuahua, Veracruz y Quintana Roo, de pronta salida en medio de escándalos y deudas millonarias mientras en las arcas no hay dinero para nada.
La otra es que entregan el cargo no a adversarios, sino a enemigos políticos y la pregunta es si van a estar presentes durante el cambio de poderes, pues es un acto no solo protocolario, sino también constitucional, en los que se supone deben estar presentes los gobernadores –todos priistas- salientes, César Duarte, Javier Duarte y Roberto Borge, ante el arribo al poder estatal de Javier Corral, Miguel Ángel Yunes y Carlos Joaquín González, todos panistas, aunque Joaquín –medio hermano del priista Pedro Joaquin Codwel- la logró en coalición PAN-PRD.
Pero se están dando con todo salientes y entrantes, en los medios de comunicación, en una denostación de la política que no deja nada bien a los gobernadores constitucionales y electos, y que dadas las circunstancias se antoja difícil la presencia de ambos en el evento de toma de protesta.
Así pasó con Ulises Ruíz y Gabino Cué en Oaxaca, con Mario Marín y Rafael Moreno Valle en Puebla, y con Juan Sabines y Manuel Velasco en Chiapas: el saliente no estuvo, y un ejemplo de que no era posible fue la toma de posesión de Pablo Salazar, y su discurso violento y lleno de cuestionamientos y acusaciones ante el saliente presente: Roberto Albores Guillén.
Entre los salientes destaca uno: Javier Duarte de Ochoa, para muchos candidato a cárcel luego de que el presidente de México ni lo saludara en una gira por esa entidad veracruzana recientemente, lo que motivó que la dirigencia nacional del PRI anunciará que una comisión de justicia analizará la situación de los tres gobernadores priistas.
¿Analizar qué? Si los jarochos por ejemplo, ya quieren que se vaya Javier, pero a «Pacho Viejo», la cárcel de Xalapa, en dónde estuvo recluido alguna vez Dante Delgado Rannauro.
Así sucede con los otros: los quintanorroences quien al otrora popular Beto en el penal de Benito Juárez, conocido por nosotros como Cancún; en tanto, los chihuahueños quieren a don César en el Cereso número 1, a 50 kilómetros de la capital del estado, en el poblado de Aquiles Serdán, en pleno desierto, y el único reconocido fuera de EU por una organización civil de ese país, la American corrección asocietion.
Lo curioso es que ese reconocimiento se hizo durante la administración de César Duarte, y bien podría llegar a parar ahí.

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