Tubo de ensayo / Rene Delios

En medio de la no poca polémica generada por bloqueos y tomas de instalaciones; en medio de una ciudad manipulada al antojo de unos cuantos sectorizados a sus intereses por sobre el de cientos de miles que viven en la capital del estado, se tiene que seguir con la actividad diaria, resolviendo lo cotidiano.
Se insiste que los más no están opuestos a los motivos que dan origen a la inconformidad de la CNTE, sino con sus métodos de protesta a más de cien días y aun con eso de repetirlos y repetirlos, sencillamente el gobierno federal no ha cambiado su actitud en torno a una Reforma Educativa que hasta académicos estudiosos de esos formatos, llaman laboral, incluyendo al rector de la UNAM.
Con esa reforma de marras el gobierno federal quiere ser el patrón absoluto en un sector en dónde debe existir la interlocución, una especie de consejo educativo que regule los altibajos posibles y los vaya corrigiendo; lamentablemente en éste tipo de casos muchos se montan, externan opiniones las más incendiarias, cuestionando a la contra parte que ni tambalean. Porque el magisterio no ha logrado nada con el gobierno, mientras el desgaste en éstos es tremendo, y las versiones de que el movimiento se está vendiendo corren entre las delegaciones de cuatro entidades de cobertura, dos de ellas, Guerrero y Michoacán, de plano ya en divisiones internas claras de tan públicas.
En Oaxaca y Chiapas, la verdad la CNTE no logró el arrastre esperado entre los padres de familias y ya ni se diga en la sociedad misma; de ser así se viera.
Lo que si se observa es que en ambas entidades y ante las protestas ciudadanas que van creciendo, el magisterio acude a su número; lo hizo en escuelas dónde los padres trataron de que se iniciaran clases, y los argumentos de que fueron «mandados» por las autoridades resonaron en las redes, porque es cierto, no en todos los medios tienen espacios.
Pero eso de que los están provocando, de que están buscando la confrontación entre civiles y magisterio es falso. La experiencia en otras latitudes enseña que es un error que no tiene control y que los resentimientos quedan latentes.
La pregunta sigue: el gobierno federal no da las respuestas que quiere la CNTE; ¿la sociedad civil va a pagar las consecuencias de eso?
Así tampoco debe ser.
¿Qué viene ahora? ¿Instalaciones federales?
¿Tanto valen los que no sirven para estar frente a aula?
Porque al final de cuentas entre lo más importante está eso de la no evaluación y eso solo protege a los incapacitados para ser maestros en instrucción básica ¿O no?
Otra cosa es que el gobierno federal éste anegado de corrupción, que en cargos importantes de decisión haya ineptos, que la demagogía sea su mejor producto de venta, que sigan las oligarquías en la yugular del presupuesto.
Todo eso que hay que cambiar, comprende también el porqué hay que pagarle a maestros que no lo saben ser. Si la Reforma Educativa es mala y equívoca, el proteger, defender a maestros ineficientes, también lo es.
Solo se perjudica a la educación y con ello a México. O sea que en eso, son más de lo mismo que critican.

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