Viruela del mono: mexicanos viajan a Canada para vacunarse

Algunos mexicanos han aprovechado sus vacaciones o sus viajes de trabajo para recibir la vacuna contra la viruela del mono en Canadá

Alexis Ortiz / La Lista 

La preocupación por contagiarse de la viruela del mono paralizó la vida de Isaac Rocha, de 26 años, cuando se enteró de que esta enfermedad había llegado a México y sintió miedo.

El primer contagio de la viruela del mono en el país se registró oficialmente el pasado 28 de mayo en un paciente de 50 años en la Ciudad de México. Luego de leer la noticia, Isaac empezó a limitar su contacto con otras personas. Su principal temor era infectarse él y a su familia.

«El hecho de saber que esto me puede pasar me hace reflexionar mucho si en verdad quiero salir con alguna persona o si quiero estar con una persona, por supuesto que paralizó mi vida, sobre todo porque vivo con mi familia», dice Isaac.

Isaac estudió la carrera de Actuaría en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), trabaja como investigador de mercados en una empresa estadounidense y su sueldo le permite viajar a otros países al menos una vez al año. Es un «privilegio», como lo llama él mismo, que le permitió protegerse de esta enfermedad.

Ante la falta de vacunas contra la viruela símica, él es uno de algunos mexicanos han optado por volar a Canadá para vacunarse, un viaje que podría costar entre 20 mil y 25 mil pesos mínimo, según quienes lo han hecho.

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Isaac Roca, un joven de 26 años, aprovechó sus vacaciones en Canadá para aplicarse la vacuna contra la viruela del mono de forma gratuita. Foto: Cortesía.

En estos momentos Isaac se encuentra en Montreal realizando un viaje que había pospuesto por la pandemia de Covid-19. El joven quiso ir de vacaciones por su oferta turística y más tarde, una amiga le avisó que ese país está aplicando vacunas contra la viruela del mono sin costo.

Isaac entró a internet y confirmó que las dosis estaban disponibles. Dio un par de clics en la página de la Agencia Pública de Salud de Canadá y agendó una cita para vacunarse en el Vaccination Berri/Centre-Sud, un pequeño centro de salud en Village Gay, en Montreal.

Al principio, Isaac pensó que tendría problemas para vacunarse porque solo está de paso en Canadá, pero su sorpresa fue encontrar a otros mexicanos y personas latinas que viajaron a ese país para protegerse de la viruela símica.

«No es una recomendación salir del país para ponerte una vacuna, pero en casos así, donde el mismo gobierno no está apoyando o no está ayudando a tener el tipo de medicina preventiva, creo que sí vale la pena pero también es caro», señala el joven.

El pasado martes 2 de agosto, en cuestión de media hora y con los datos de su pasaporte, Isaac recibió la vacuna para protegerse de este virus que era endémico de África y que hasta el 5 de agosto, ha registrado más de nueve mil 500 casos en el Continente Americano y el Caribe, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En México, con corte al 9 de agosto, la Secretaría de Salud (Ssa) reportó 147 casos de viruela símica en 18 estados del país. El 93% de los contagios corresponde a hombres y la mitad de ellos tienen entre 30 y 39 años.


La Organización Mundial de la Salud declaró una alerta máxima el 23 de julio por el aumento de casos de viruela símica en el mundo. Fuera de África Central y Occidental, la OMS señala que «el brote actual de viruela del simio continúa afectando principalmente a hombres que tienen sexo con hombres que informaron haber tenido relaciones sexuales recientemente con una o varias parejas».

Tedros Adhanom, director general de la OMS, dijo en una conferencia de prensa del 27 de julio que más del 98% de los casos se concentraban en hombres que tenían sexo con otros hombres, pero que eso implica que el resto de la población no esté expuesta al virus.

Sin embargo, conforme se extienden los brotes en el mundo, ha habido casos en otros grupos de la población.

Alrededor de la viruela símica ha habido temor por difundir información que estigmatice a la comunidad de la diversidad sexual, advierte el periodista de ciencia Kai Kupferschmidt en The New York Times, donde publicó que «los funcionarios de salud pública en muchos lugares parecen tan dudosos sobre cómo hablar de esta enfermedad sin estigmatizar a nadie que prefieren hablarlo solo en términos vagos. Algunos —ya sea por autocomplacencia, falta de sensibilidad u homofobia— simplemente no parecen verle la urgencia. Otros evitan a toda costa mencionar que los hombres que tienen sexo con hombres son, por mucho, el grupo más vulnerable en este momento».

La Secretaría de Salud ha informado que existen cuatro formas de contagio:

  • Contacto con animales infectados como monos y roedores.
  • Comer carne mal cocida y otros productos de animales infectados.
  • Contacto estrecho con personas contagiadas, con sus lesiones, flujos corporales y gotitas respiratorias.
  • Contacto con los objetos contaminados (ropa, ropa de cama, toallas, etc.) de una persona contagiada.

«Existe miedo por los síntomas de la enfermedad»

Ricardo Baruch, de 36 años, es un activista de la comunidad LGBTI e investigador del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). El pasado 29 de julio tuvo la oportunidad de vacunarse contra la viruela del mono en la ciudad de Montreal, en Canadá.

Baruch, experto en Salud Pública de 36 años, participó en la Conferencia Internacional sobre sida, que se llevó a cabo entre el 29 de julio y 2 de agosto, y aprovechó su viaje para ir a la Villa Gay para acceder a una dosis.

La espera para vacunarse fue de 30 minutos y no le pidieron ningún dato. Baruch explica que Canadá tiene disponibilidad de dosis porque cuenta con una reserva para combatir la viruela humana, una enfermedad que fue erradicada en 1979 y que ahora ha tomado relevancia porque las autoridades ocupan la misma receta para combatir la viruela símica.

«La vacuna no tiene efectos secundarios, uno no se siente mal después, solo tienes un pequeño dolor en la zona de la inyección y con eso obviamente las personas se sienten mucho más seguras para poder poder seguir teniendo una vida social más regular donde el contacto con otras personas no sea visto como una actividad de riesgo», señala Ricardo.

Antes de su viaje a Canadá, Baruch encabezó una protesta en las oficinas de la Ssa en la Ciudad de México el 26 de julio. Con consignas como «prevenir es vivir», integrantes de la comunidad LGBTI pidieron a las autoridades sanitarias que empiecen a aplicar vacunas contra la viruela del mono.

«En lo personal y en muchas personas creo que existe este miedo por los síntomas, además hemos escuchado testimonios de personas que han sido afectadas con dolor y que se la pasaron muy mal. Sobre todo preocupa que ya hay muertes relacionadas a la viruela del mono», dice Ricardo.

En México el Comité de Nuevas Moléculas dio el visto bueno a la vacuna Bavarian Nordic que sirve para combatir la viruela del mono, pero la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) no ha informado si las autoridades del sector salud ya tienen luz verde para empezar a adquirir las dosis.

Esto ha provocado molestia en la comunidad LGBTI, pues califica que las autoridades han sido lentas para atender el virus.

«Desafortunadamente la respuesta ha sido muy lenta. El no querer dar mucha información, el dar a cuentagotas los reportes epidemiológicos que se van desarrollando y sobre todo el no emprender acciones para la prevención nos tiene preocupados», critica Ricardo.

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