¿Y la Primera Dama de Chiapas?

Por Raúl Ríos Trujillo

Sin lugar a dudas el movimiento social más importante del siglo ha sido el que las mujeres han intensificado a partir de la lucha feminista que surgió a mediados del XX pero ha logrado tener su mayor impacto en México hace apenas unos años, justo en el momento en el que la resignificación del papel de las mujeres en la sociedad se encuentra en una tormentosa discusión, poco a poco, como sociedad a punto de entrar a una nueva era nos vamos dando cuenta de lo necesario que es cambiar las visiones y abrir nuevos paradigmas sociales.
Por ejemplo, en el ejercicio del poder, la más anticuada tradición política dictaba que todo líder varón necesitaba tener a una mujer a su lado, de ahí que la figura de la primera dama era asignada a las esposas de los presidentes y gobernadores de facto, incluso una ley moral no escrita hacía parecer sospechoso a un líder varón que no estuviera casado, hasta hace poco vimos a Enrique Peña Nieto contraer nupcias con la actriz Angélica Rivera cumpliendo el requisito antes de ser candidato y presidente de la República.
En fin que en los últimos años a fuerza de mucho empeño las mujeres han logrado agendar sus propios asuntos de paridad y esto sin lugar a dudas ha impactado en nuestra forma de hacer y ver la política, falta mucho, es cierto, pero los pasos se han caminado y ha significado tanto que ahora mismo tenemos un gabinete con paridad y equilibrio de género a nivel federal y estatal, mucho nos ha costado entender que las leyes de género vinieron para quedarse y para reinventar una visión que todavía choca con las estructuras patriarcales.
Cuando vemos todo los cambios que han sucedido en los últimos años, cuando nos indignamos por el caso de las juanitas, cuando tenemos la necesidad de entender que el asesinato de una mujer a causa de su género es un delito en particular llamado feminicidio, sabemos que la causa es cultural formativa y que nos choca tanto porque hace crisis justo en un sistema de creencias sobre el que se sostiene la civilización misma.
En lo particular hago énfasis más que en los avances de valor punitivo como lo son el ejercicio y diseño de leyes de paridad, en los cambios de paradigma moral, por ejemplo, ayer en la Cámara de Diputados fue aprobado el nombramiento oficial, de la Mtra. Rosalinda López Hernández como nueva Administradora General de Auditoría Fiscal del Servicio de Administración Tributaria (SAT), nada menos que el segundo puesto en importancia en este espacio clave del más alto nivel.
Esta nota no tendría tanta importancia si no fuera por el detalle primordial de que Rosalinda López Hernández además de ser una valiosa profesionista experta consultora en temas de Administración Tributaria y Política Fiscal es además esposa de Rutilio Escandón Cadenas, gobernador constitucional del estado de Chiapas.
En otras palabras, para Chiapas, la desgastada y anticuada figura de Primera Dama ya no cabe cuando la esposa del gobernador en realidad tendrá su mejor desempeño como funcionaria de alto nivel en la construcción de un mejor país, fuera de la nota social por los cargos nobiliarios de rancia alcurnia, tenemos en esta noticia una excelente buena nueva para nuestra entidad.
Además de ser una de las figuras más visibles en el entorno cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador de quien es colaboradora simpatizante y paisana, Rosalinda López Hernández ha sido dos veces Diputada Local en Tabasco, una vez Diputada Federal y Senadora, además de contar con una amplia experiencia como Consultora en temas de Administración Tributaria y Política Fiscal, no es una improvisada.
¿Por qué entraña esta designación una muy buena noticia para Chiapas y todo el sur de México? Por la sencilla razón que el puesto en el que se desempeñara la señora Rosalinda a partir de estos días es clave en la bajada de recursos y aplicación de proyectos que impacten en desarrollo para nuestra entidad, en otras palabras, tendremos los estados del sur del país Oaxaca, Tabasco y Chiapas una gran aliada.
No había mucho por dudar, la relación entre el hoy gobernador de Chiapas y su esposa Rosalinda López Hernández no ha sido un impedimento para la consolidación de dos carreras en ascenso, ambas personas maduras, protagonistas de grandes cambios sociales y políticos en el país, tienen mucho por aportar y pueden hacerlo para el bien de todos.
Otra cosa es y qué bueno comprobarlo, con la designación de López Hernández en tan importante cargo queda manifiesto el especial interés de Andrés Manuel López Obrador en traer desarrollo al sur del país, ya era hora.

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