Adis, Palomeque

Quien estuvo a cargo del PAN en Chiapas por dos periodos, defiende su actuación y asoma su interés por un cargo legislativo

Rodrigo Ramón Aquino
[dropcap]L[/dropcap]a elección interna del dirigente nacional del PAN dejó algunas secuelas en Chiapas, pero ninguna de ellas irreconciliable, considera el aún dirigente Carlos Palomeque Archila. Lo ánimos se caldearon, hubo descalificaciones, ingredientes naturales de una contienda participativa, en donde el 84 por ciento de los afiliados locales decidió si poner en manos de Gustavo Madero o Ernesto Cordero el rumbo del albiazul, no obstante el saldo sigue siendo positivo, insiste.
Para el Profe Palomeque –así le llaman sus conocidos–, la participación de la mayoría de los 4 mil 200 militantes en el estado se debe leer como el derecho y responsabilidad de personas con mucha conciencia social, que aún creen en un proyecto ideológico y que están dispuestas a demostrarlo ejerciendo su ciudadanía (por el proyecto de su preferencia, pero votar).
–En Chiapas, Gustavo Madero le ganó 2.4 a 1 a Ernesto Cordero, lo que ha llevado a decir a los de corazón corderista que el presidente con licencia tuvo el apoyo oficial…
–Los calificativos de que se le ayudó a fulano o a sutano pues no tienen cabida. El PAN se mueve a parte, se coce a parte, su militancia es muy celosa y nos conocemos todos. Aquí se trató de convencimiento de los candidatos.
–La ex alcaldesa Victoria Rincón denunció en redes sociales que algunas casillas se cerraron desde medio día para beneficiar a Gustavo Madero.
–Claro que se cerraron y es válido. No te olvides que el padrón en Chiapas es muy chico (4 mil 200 militantes), un centro se podía abrir con 32 militantes. Las declaraciones de algunos elementos se debe al desconocimiento de la vida del PAN en los municipios, porque están enrocados en un solo lugar, como Tuxtla Gutiérrez. Hubo algunos centros de votación que cerraron temprano porque ya habían votado todos los militantes de ese municipio, así lo refrendaron los representantes de los candidatos al firmar las actas. No es responsable dar una visión global.
—¿Este ejercicio dejó semillas de divisionismo?
—Creo que el ánimo de los panistas no es un ánimo de revanchismo ni de confronta sino de seguir participando, los cual vamos a medir en julio próximo cuando se convoque a las asambleas municipales con miras a la renovación de dirigencia estatal.
—Palomeque se va en septiembre, luego de dos periodos al frente del partido, detálleme el proceso a seguir.
—El 12 y 13 de julio tenemos asambleas municipales, de cada una de ellas sale una propuesta para consejero o consejera estatal y el día 27 de julio se llevará a cabo la asamblea estatal donde elegirá y conformará el consejo estatal del partido.

Menor representación, mayor voto

Conformado el consejo, será la Comisión Permanente la encargada de emitir la convocatoria oficial. De modo que a Carlos Palomeque le quedan escasos tres meses al frente de un partido sin paga y aparentemente con poco por hacer. Tres meses en los que cualquiera de los más de 4 mil militantes con más de cinco años de militancia puede planear heredar la silla para comenzar una nueva etapa cercana o distante al poder, pero comenzar de nuevo.
—A usted le ha tocado vivir momentos de vacas gordas, ahora por mucho viven las flacas, cuál es, entonces, el balance de los triunfos y derrotas bajo su cargo.
—Cuando vamos a elecciones hay dos formas de valorar: ganaste o perdiste. Tiempos de bonanza, tiempos de austeridad. Las numerarias están muy claras para el partido: en períodos pasados ganamos muchos ayuntamientos, en el 2009 diputaciones federales que perdimos en 2012, igual diputaciones locales que perdimos en el 2012. Algo curioso, el PAN ha tenido representaciones y votación estándar, pero hoy no tiene representaciones pero sí su mejor votación. Un ejemplo, en la elección 2012 el PAN obtuvo más de 340 mil votos en Chiapas para la presidencia de la República que no lo tuvo antes. Fox ganó con 120 mil votos. Calderón con 210 mil. Somos la tercera fuerza política en el estado, ahí está la numeralia.

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Los maderos piden pan y no les dan

—Qué aprendizaje le queda al concluir esta responsabilidad.
—Una experiencia muy grande, al partido lo fuimos conociendo desde abajo, cuando decidimos entrar a sus filas en 1991 como candidatos suplentes a diputados. La satisfacción de haber sido diputado local de mayoría por el distrito II de Tuxtla, haber sido regidor con Enoch Araujo, secretario de Desarrollo Humano con Paco Rojas. Sabemos lo que es el gobierno y el partido. Ha sido una experiencia de mucha formación.
—Tras concluir el cargo, ¿estaría interesado en buscar un cargo de elección popular?
—Aún estamos en la valoración de ello. No está descartado. Claro que existen los intereses y los ánimos. Buscaremos nada más el espacio correcto. Aunque creemos que no está lejos un ámbito legislativo.
—Oiga, ya aquí en confianza, pareciera que con el triunfo de Madero, la actual presidenta del Congreso, Mirna Camacho, se perfila como la aspirante oficial a la candidatura capitalina, ¿cierto?
—No me ha externado nada. Mirna es un excelente elemento del partido, así como otras mujeres excelentes, como Socorro Zavaleta, Gloria Luna y te puedo mencionar otras más…
—Cuáles son los cuadros destacados del paños o en el estado.
—La estrategia política nos obliga en este momento a no quemar a nuestros cartuchos. Es secreto, adema de difícil porque las nuevas reglas nos obligan a entrarle al tema de género. Queda poco tiempo para la homologación de la reforma y mucho menos tiempo para tener claro quiénes van a la contienda, no a ocupar el espacio sino verdaderamente a competir.
—Es posible que el PAN se presente como una verdadera opción, sobre todo cuando en el estado en este momento existe la hegemonía de dos partidos que parecieran querer carro completo a como dé lugar.
—Para ningún partido está fácil decir este distrito es ganable. La ciudadanía no es tonta, también tiene clara la idea de castigar o premiar o simplemente busca otras opciones. Se está poniendo busa y sabe el valor de su voto y es ahí el carácter de oportunidad de Acción Nacional para presentar cuadros idóneos internos o externos que nos permitan los triunfos correspondientes.

Entre panistas no nos leemos la mano

Para Palomeque la relación del partido con el actual gobierno estatal es respetuosa, con los oportunos acercamientos institucionales, como el de hace algunas semanas con el secretario Eduardo Ramírez Aguilar, en el que abordaron el trato y la relación con los presidentes municipales azules y la dinámica legislativa. En cambio con algunos panistas existen ciertos matices.
—¿Cuál es la relación con Paco Rojas?
—Con Francisco somos amigos, hemos caminado varias batallas. Es un panista con todos sus derechos. Lógicamente que al paso del tiempo los intereses personales van en el cambio. Él es más un profesional, a mí me tocó más lo político. Un camino que se abre pero no se rompe. Se ha tratado sí de generar una idea de distanciamiento pero no hay tal. Yo le tengo gratitud porque me permitió el desarrollo profesional en la función pública y la política.
—¿Y con doña Victoria Rincón?
—Mis respetos.
—Ambos han mostrado interés por participar en el venidero procesó electoral local, cuál es el ánimo del partido al respecto.
—Pues mira, pusimos el mal y buen ejemplo con los procesos que estamos llevando a cabo. Entonces, el que quiera algo con el PAN que busque a los panistas, es sencillo. La normativa es las menos designaciones posibles en el próximo proceso y abrir la participación de los panistas para la elección de candidatos. El que quiera ser candidato en Tuxtla tendrá que ir a una contienda interna y tendrá que convencer a los panistas. Es simple. Hay voto y cruce de boleta.
Pese a lo que se pudiera pensar dado el número de representaciones con las que cuenta el albiazul, para el dirigente estatal los partidos en el poder no pasan por su mejor momento, principalmente el partido en el poder federal y la gente lo está resintiendo. El PAN trabajará en la formación de los mejores cuadros y sin mirar la paja en el ojo ajeno irán a una contienda en la que ya poco les queda por perder pero mucho por ganar, principalmente recuperar la confianza de la gente

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