Con exito, el HEP realiza su trasplante renal número 18

Tras cinco años de espera, Lucero Cabrera Canté pudo convertirse en donante para su hijo Leonardo Daniel Ordónez Cabrera, quien tenía una enfermedad irreparable y permanente de sus órganos. La cirugía se realizó con éxito el pasado 16 de octubre con la colaboración de 12 médicos especialistas y alrededor de 10 enfermeras. La historia debe ser contada

Elizabeth Marina / Portavoz

[dropcap]E[/dropcap]n Chiapas, médicos especialistas del Hospital de Especialidades Pediátricas (HEP) realizaron con éxito el trasplante de riñón de donador vivo número 18.
Tras cinco años de espera, Lucero Cabrera Canté pudo convertirse en donante de un riñón para su hijo Leonardo Daniel Ordóñez Cabrera, quien tenía una enfermedad irreparable y permanente de sus riñones. La cirugía se realizó con éxito el pasado 16 de octubre con la colaboración de 12 médicos especialistas y alrededor de 10 enfermeras.
El trasplante de riñón o también conocido como trasplante renal, consiste en aplicar por medio de cirugía, un riñón de una persona mayor de 18 años y menor de 70, a un niño enfermo a quien ya no le funcionan sus propios riñones; y de acuerdo con Horacio Martínez Puón, nefrólogo pediatra de este nosocomio y colaborador de la cirugía de Leonardo, la vida de los pacientes mejora más del 90 por ciento tras el trasplante y todos desarrollan una vida normal.
El cirujano Pediatra y Trasplantólogo del HEP, Manuel Ignacio Ortega Molina, detalló -acompañado de la directora médica del nosocomio, Laura Mota Martínez, y los nefrólogos y anestesiólogos que formaron parte del trasplante de donador vivo- que tanto la paciente donadora como el receptor se encuentran en buenas condiciones de salud y evolucionando favorablemente.
Esta cirugía tuvo una duración aproximada de cinco horas y media, y fue posible con el esfuerzo interinstitucional del HEP; el Hospital Regional de Alta Especialidad del Bajío y los médicos José Trejo Bellido y Armando Contreras Morales.
«Podemos considerar al trasplante número 18 como exitoso. Tuvo una muy buena evolución y función adecuada del injerto. Reinicia su vida con un injerto renal funcional. La madre con una buena evolución», señaló el cirujano Ortega Molina.

Enfermedades renales, muy frecuentes en el HEP

El nefrólogo pediatra, Horacio Martínez Puón, explicó que en Chiapas, los problemas renales son bastante frecuentes y son una de las primeras causas de consulta en este hospital.
Explicó que el número de casos en el estado es elevado y preocupante, pues, mientras Italia presenta 74 casos por un millón; en Chiapas existen 94 por un millón.
«Desgraciadamente nuestros servicios se van llenando de pacientes enfermos crónicos y, aunado a que en el estado no hay cultura de la donación, los casos nos parecen preocupantes».
La primera causa de padecimientos renales en la entidad, según los nefrólogos del HEP, son las malformaciones de tracto urinario; Martínez Puón detalló que la pobreza juega un papel importante en la gravedad de los casos, pues involucra el hecho que los pacientes que tiene insuficiencia renal no tiene acceso temprano a la atención; «si bien no se puede curar la enfermedad crónica renal si se puede enlentecer su proceso y evitar que caiga en una terapia de remplazo o un trasplante renal».
En este sentido, el especialista dio a conocer que de uno a dos casos por año, caen en la necesidad de una terapia de regulación renal en el estado, que tan solo el mes pasado fueron tres pacientes nuevos con terapia de reemplazo renal en este hospital.

Procedimiento largo y costoso

Los nefrólogos explicaron que los donantes pueden ser cadáveres (con muerte cerebral), tanto adultos como niños, o bien adultos familiares del niño enfermo con uremia terminal. Los niños sanos no pueden ser donantes, aunque sean familiares del niño enfermo. En cambio, un adulto sí puede donar un riñón a un niño o a otro adulto que sea su familiar.
En el HEP se manejan dos listas de espera, según explicaron los especialistas. Mientras que en una están cinco candidatos en espera de un donador vivo, en la otra, cuatro menores una donación cadavérica.
Los especialistas explicaron que estos procedimientos son tardados debido a la falta de cultura de la donación y los altos costos. Para llevar a cabo una cirugía de estas en una clínica particular, los costos oscilan entre los 800 mil pesos y el millón de pesos; sin embargo, lo más costoso, es el gasto que el paciente tendrá que hacer de por vida, en la compra de inmunosupresión.
Y es que los receptores deben tomar al menos, tres medicamentos de por vida. El impacto a la economía es grande, por ello, en el estado, al momento de hacer la selección de los pacientes, se prioriza a quienes tengan derechohabiencias, mayor tiempo de espera y la gravedad del padecimiento.
Leonardo y su donante, originarios de la Bahía de Paredón en el municipio de Tonalá, Chiapas, zona cero del terremoto del pasado 7 de septiembre; y quienes tuvieron que esperar cinco años para el trasplante están siendo apoyados por el Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del estado de Chiapas (Isstech) que está cubriendo el manejo de la inmunosupresión y parte de la cirugía.

Se necesitan donantes

Manuel Ignacio Ortega Molina hizo un llamado a la sociedad a caminar hacia una nueva cultura de donación de órganos y tejidos, para que este tipo de cirugías puedan realizarse con mayor frecuencia en Chiapas.
«Donar es un acto de amor, de humanidad que da vida por los otros. Se ha visto que los donadores tiene un mayor pronóstico de vida, y el riesgo de padecer diabetes o hipertensión los riesgos disminuyen en gran medida», dijo.
Por su parte, María de los Ángeles Pérez, nefrología pediatra del HEP mencionó que las infecciones de las vías urinarias son factores de alarma y que los padres deben estar al pendiente que sus hijos lleven una buena alimentación y beban, al menos, 2 litros de agua al día; además de evitar alimentos procesados.

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