En visperas del 2018, Chiapas vive una crisis democratica

En un estado en donde imperan los abusos y existe una creciente desigualdad, se vive una democracia fallida y de no hacerse cambios inmediatos, la realidad que experimenta hoy será la misma en los próximos seis años

Elizabeth Marina / Portavoz

[dropcap]E[/dropcap]l 2018 es considerado el año más complejo para la democracia, no sólo en el país sino también en nuestro estado. La compra de votos, las promesas incumplidas, la violencia política de género y las constantes violaciones a los derechos humanos deterioraron, aún más, la frágil democracia que se vivía a nivel estatal.
En teoría, se entiende como democracia al sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes; por lo tanto, es evidente que en un estado en donde imperan los abusos y existe una creciente desigualdad, se vive una democracia fallida y de no hacerse cambios inmediatos, la realidad que se experimenta hoy será la misma en los próximos seis años.
A poco tiempo de iniciar la contienda electoral 2018, el profesor investigador del Instituto de Administraciones Jurídicas de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), Omar Jiménez Ojeda, explicó para Portavoz porqué Chiapas vive en una democracia fallida y cuáles son las alternativas que los ciudadanos pueden utilizar para gozar de una mejor forma de gobierno.
En entrevista, explicó que la impunidad y la corrupción son resultados emergentes del fracaso de la democracia, a esto se suman la desconfianza y el desorden social, aunque la culpa es compartida, dijo, ya que han fallado los gobernantes con la participación silenciosa de los ciudadanos.
Por esa razón calificó a la democracia que se vive en la entidad como mala, y detalló que cerca del 80 por ciento de la culpa la tiene el estado, mientras que otro 20 por ciento la tiene el pueblo por ser conformista, no denunciar ni participar.

Voto no es democracia

Vale la pena recordar que la democracia debe cumplir con algo más que las elecciones populares, también debe incluir la participación del pueblo en la planeación y ejecución de las funciones del gobierno; es decir, garantizar que las y los ciudadanos tengan una participación real y efectiva.
Las elecciones, según explica Jiménez Ojeda, son tan sólo el principio de la democracia, a partir del voto todos deben vigilar que las promesas se cumplan, que los errores del pasado, que terminaron en corrupción, no se vuelvan a repetir y que por el contrario, las acciones del gobierno tengan un impacto positivo en la vida de todos los mexicanos.
Para ello, es necesario que los ciudadanos comprendan que la democracia va más allá de lo electoral y que es algo que debe reflejarse en el día a día, que la democracia es lo que los ciudadanos tienen siempre en mente para tener un mejor estado, un mejor país.
«Considero que para poder evaluar la democracia actual en el estado debemos permitir que llegue el 2018, de tener unas elecciones nacionales, estatales y municipales congruentes podríamos decir qué tanto Chiapas ha avanzado o retrocedido.»
Tanto autoridades, partidos políticos, candidatos y ciudadanos debemos aprender de los errores cometidos en el 2015 –si en realidad quiere frenarse la desconfianza electoral y abuso del poder–.
«Chiapas pasó por experiencias lamentables en el pasado proceso electoral y es ahí en donde vemos la realidad de nuestra democracia, para ello es necesario que como ciudadanos conozcamos lo que están proponiendo los actores políticos y actuar con base en ello.»

Insatisfacción de la democracia

De acuerdo con Jiménez Ojeda, en un país en donde predomina el Estado de Derecho, las autoridades deben hacer lo que expresamente les está mandatado, ni más ni menos, contrario a los ciudadanos, quienes pueden hacer todo menos lo que les está prohibido.
Además la autoridad debe castigar a quienes violan la ley, en lugar de permitir que los ciudadanos hagan justicia por propia mano o que domine la violencia en la búsqueda del restablecimiento de la paz y la aplicación de la justicia.
Debido a que los pasados procesos han evidenciado una deficiencia en la aplicación de la ley, algunos expertos afirman que el país entero atraviesa una crisis política plagada de corrupción.
En 2016, Nexos publicó un trabajo especial del académico Luis Carlos Ugalde denominado «La Democracia Estancada (México 2006-2016)» en donde afirma que cada vez más, los mexicanos se sienten insatisfechos con la democracia y especifica que en 2006 el 41 por ciento de la población se sentía satisfecha con la democracia que vivía, mientras que en el 2015 la cifra disminuyó hasta en un 19 por ciento.
Lo mismo ocurrió con la confianza en las instituciones y la clase política; basándose en un estudio de Latinobarómetro, señaló que, de 2006 a 2015, la confianza en los partidos políticos disminuyó de un 30 por ciento a 16 por ciento, la del gobierno pasó de un 47 por ciento a desplomarse a 21 por ciento.
Es por ello que Jiménez Ojeda exhorta a la ciudadanía a participar con ella y para ella, no sólo al ir a votar sino integrando los consejos ciudadanos que son los receptores de los votos, las mesas de casillas y los consejos distritales.
«El fortalecimiento de la cultura democrática depende del trabajo de las instituciones y la participación ciudadana, y debemos recordar que la democracia debe ser el canal que nos acerque a una mejor sociedad».
No hay fórmulas mágicas, dijo, sino el compromiso de cada candidato con su estado, con su gente, que cuando llegue al poder se olvide de su partido y vele por las necesidades de la población; mientras que los ciudadanos tienen la obligación de participar continuamente, y hacerlo por el bienestar propio y el de los suyos.

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