Fútbol contra pobreza

La fundación boliviana Alalay utiliza el deporte para aliviar la situación de los niños más desfavorecidos

Agencias

[dropcap]E[/dropcap]lla: «Dime algo bonito».
Él: «Goool de España».
La retranca de este diálogo es obra de Antonio Fraguas, Forges. Lástima que su fallecimiento haya copado la actualidad la pasada semana y que el mismo día de su muerte, en el estadio de su querido equipo, San Mamés, la cara más negra del fútbol dejara un ertzaina muerto por los altercados con los ultras del Spartak de Moscú.
Que muera una persona no es fútbol. Fútbol es la cara con la que Horacio, de 12 años, cuenta el primer gol que marcó Cristiano Ronaldo el sábado en el partido contra el Alavés. Nunca antes había visto un encuentro en el Santiago Bernabéu. Tampoco, hasta unos días antes, había montado en avión. La experiencia de volar la describe como «cosquillitas en el estómago». Para explicar lo que sintió con el tanto de CR7 usa la palabra «emoción», mientras aprieta los puños como volviéndolo a celebrar.
Este niño es uno de los 2 mil integrantes de las escuelas sociodeportivas de la fundación boliviana Alalay, que lleva 28 años trabajando a través del fútbol con chavales que están en circunstancias de extrema pobreza. Desde 1990, 21 mil niños han pasado por sus instalaciones. «Algunos viven en las calles, otros trabajan o sufren violencia sexual comercial», explica Claudia González, la directora de Alalay, que les ha acompañado en la visita que 20 de ellos hicieron a España la pasada semana.
Fueron a Toledo, hicieron un tour por la capital, pero lo que más les gustó fue conocer las instalaciones del Real Madrid, la ciudad deportiva de Valdebebas y el estadio, y como colofón ver jugar, y además ganar, a sus ídolos. Cuando se les pregunta quién es su favorito responden tímidos, no coinciden, casi nombran a toda la plantilla: «Marcelo, Modric, Ramos, Asensio…». A Cristiano tardan en mencionarle, pero el joven que lo hace asegura que también le apoyará en el Mundial de Rusia este verano. Los demás se quedan con los equipos de sus países vecinos, Brasil y Argentina.
Todos son merengues, aunque ellos desconozcan que lo son, visten con abrigos blancos, como no podría ser de otra forma. Esperanza, una de las tres niñas que forma parte del grupo, asegura que no se pierde ningún partido del Madrid: «Los busco en la tele». La Fundación Real Madrid comenzó a colaborar con Alalay en 2012, comparten el objetivo de educar en valores y el deporte es una estupenda herramienta para cumplir esta misión.

800 familias
Ignacio Abascal, técnico de formación de fútbol internacional y responsable deportivo de la Fundación Real Madrid para este proyecto, estuvo en Bolivia para formar a sus entrenadores y para que la metodología de las dos fundaciones fuera la misma. Se quedó gratamente sorprendido con las instalaciones, «de las mejores de La Paz y Santa Cruz», las dos ciudades en las que estuvo, con dos escuelas de Alalay en cada una. González le agradece esto tanto al Banco Mercantil Santa Cruz, «nuestro auspiciador más importante», como a la Alcaldía de La Paz, cuya responsable de Deporte, Jannete Ferrufino, acompaña también al grupo. «Las escuelas están en la periferia de la ciudad para que las zonas más desfavorecidas se vean beneficiadas», señala esta última. Además, hay una escuela en El Alto y cinco en Cochabamba, llegan a unas 800 familias con las que también trabajan en temas como resolución de conflictos, refuerzo de la autoestima, prevención de violencia…
González incide en que les inculcan que el esfuerzo es vital para conseguir lo que quieren. En eso se han basado para elegir a los participantes en este viaje. «No tienen que ser los mejores jugadores, es un compendio de compromiso y esfuerzo, que trabajen en grupo, que colaboren entre ellos, que se preocupen por sus estudios».
Actualmente la fundación tiene un 30 por ciento de niñas frente al 70 por ciento de niños. «En Bolivia la mujer no participa en el fútbol, es para hombres», explica González, que añade que están trabajando por la igualdad. Ya hay escuelas en las que participan niñas y están preparando una de baloncesto para las que no quieran jugar al fútbol.

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