Pide Macron compromiso social a gigantes tecnolgicos

Uber y Deliveroo anuncian mejoras laborales. El fundador de Facebook se reúne con el presidente francés

Agencias

[dropcap]L[/dropcap]os grandes nombres de Silicon Valley, incluido el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, tienen cita esta semana en París. Con la excusa del salón tecnológico Viva Tech que se inaugura este jueves, el presidente Emmanuel Macron, dispuesto a poner a Francia en la vanguardia digital, se reunió la víspera con medio centenar de líderes de las nuevas tecnologías para instarles a pensar y realizar contribuciones al «bien común» en campos como la educación, el trabajo y la diversidad. Uber y Deliveroo anunciaron mejoras sociales para sus empleados, mientras que otros gigantes prometieron inversiones millonarias para mejorar la formación digital.
«Espero de ustedes compromisos, que sean directos, abiertos y ambiciosos», lanzó Macron a sus invitados a la cumbre Tech for Good (tecnologías por el bien). «Es muy importante que analicemos qué podemos hacer para mejorar las condiciones sociales y afrontar todos juntos temas colectivos como las desigualdades o el cambio climático», agregó ante los directivos de Uber, Microsoft, Google, SAP, Slack, IBM o Facebook, cuyo jefe tuvo la participación más discreta —pese a ser la más esperada— de la jornada.
«La tecnología para el bien empieza con la educación», afirmó al término de las reuniones de trabajo —centradas en educación, mejoras laborales y diversidad— la presidenta de IBM, Ginni Rometty. «Y la tecnología para el bien tiene que ser una tecnología para todos», acotó el presidente de SAP, Bill McDermott.
En el menú de la cumbre parisina figuraban también cuestiones más espinosas que interesan mucho al Gobierno galo, como el uso fraudulento de datos personales, las fake news, la propaganda yihadista o la evasión fiscal de la que se acusa a muchas de estas empresas internacionales.
«Francia defiende la idea de una regulación fiscal dura a nivel europeo, y también está a favor de leyes, de una regulación dura, contra la propaganda yihadista y el ciberacoso», afirmó Macron en rueda de prensa con el presidente de Ruanda, Paul Kagame, invitado también a la cumbre.

Mark Zuckerberg, en el centro de las miradas
Tras su comparecencia el martes ante el Parlamento Europeo, donde volvió a pedir perdón por el escándalo de filtración de datos de 87 millones de usuarios de Facebook, Zuckerberg se sabía el principal centro de interés del encuentro. Francia ha sido uno de los países occidentales víctima de intentos de injerencia electoral y que más presiona para combatir las fake news, especialmente en periodos electorales, para lo que está elaborando una ley. El jefe de la red social había recordado en Bruselas que el año pasado Facebook borró 30 mil cuentas falsas en Francia para evitar intromisiones en las elecciones que llevaron a Macron al mismo Elíseo donde este miércoles el presidente se reunió en privado con Zuckerberg. El joven ejecutivo, rigurosamente trajeado una vez más, sonriente pero tenso, no hizo declaraciones durante una cita en la que evitó en todo lo posible la exposición pública.
Macron también recibió de forma separada y a puerta cerrada al presidente de Microsoft, Satya Nadella; a su par de Uber, Dara Khosrowshahi, y a Rometty, de IBM.
Entre muchas buenas palabras también hubo algunos planes concretos, como el de Accenture, que anunció 200 millones de inversión en los tres próximos años para formar hasta a tres millones de desempleados en todo el mundo antes de 2020, mientras que la fundación de Google destinará cien millones de dólares a proyectos no lucrativos de formación digital y oportunidades económicas en Europa, África y Oriente Medio.
Pero no todos se creen la buena fe profesada en la cita. Entre los más críticos están Ismaël Le Mouël y Léa Thomassin, fundadores de HelloAso, una plataforma de recaudación para asociaciones cívicas, y de la Social Good Week, que reúne cada año a proyectos tecnológicos con una visión social. En una tribuna en Libération, cuestionan la idoneidad de los gigantes de Silicon Valley elegidos por Macron para discutir un giro más social de la Red, en vista de que son plataformas con «una visión de la innovación que no tiene nada que ver con el interés general, sino ante todo con la generación de intereses para sus inversores».
Una crítica que el presidente francés rechazó, afirmando la necesidad de «pragmatismo» porque sin contar con los poderosos, dijo, no se podrán cambiar las cosas.
Macron nunca ha ocultado su ambición de convertir a Francia en un país indispensable en el mundo digital, para lo cual su gobierno ha propiciado condiciones fiscales ventajosas que buscan atraer a las grandes firmas de este y otros sectores. Además, hace menos de dos meses, anunció un plan para que el país se consolide como uno de los líderes de la inteligencia artificial, objetivo al que dedicará en los próximos cuatro años hasta 1.500 millones de euros y esfuerzos tendentes a atraer a territorio galo a las principales empresas del sector, algunas de las cuales ya han anunciado su intención de asentarse en el país. También lleva hablando desde la campaña electoral de su voluntad de que Francia se convierta en una start-up nation, un país que facilite la creación de este tipo de empresas innovadoras.

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