Durante la madrugada de este viernes, la denominada sexta caravana burló el cerco de seguridad instalado a la ribera del río Suchiate, no obstante, su astucia no duró mucho, elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) y del Instituto Nacional de Migración (INM) los detuvieron, y aunque pregonaban no ser «delincuentes si no humanos», las autoridades les explicaron que el ingreso sólo puede ocurrir en orden y en legalidad
Texto: Darinel Zacarías
Fotos: Brandon Ramírez/Elías Villacinda
[dropcap]L[/dropcap]a denominada la Sexta Caravana Migrante burló en la madrugada de este viernes el cerco de seguridad que está instalado en las riberas del Suchiate.
Un aproximado de 400 salvadoreños, el martes pernoctaron en la plaza central de Ayutla y por la madrugada, en un paso ciego cercano a una bananera denominado «La Canastilla», entraron a territorio mexicano.
Se dirigían rumbo a Tapachula y esperaban descansar en el parque central del municipio de Metapa.
Los primeros reportes de las autoridades mexicanas, explicaban que la sexta caravana migrante la conforman en gran porcentaje hombres, ocho menores de edad y muy pocas mujeres.
De manera pacífica venían ondeando tres banderas del país del Salvador, cabe señalar que entre los integrantes de esta caravana, venían tres mujeres embarazadas.
Dicha caravana venía siendo resguardada por elementos de la policía municipal y protección civil de Suchiate, Frontera Hidalgo y Metapa, para evitar incidentes y así brindar ayuda de primeros auxilios.
A la altura del paraje el Arenal, que conecta a Frontera Hidalgo con Metapa, un anillo de seguridad conformado por elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) y del Instituto Nacional de Migración (INM) recibían las indicaciones para proceder a la detención de los integrantes de la caravana migrante.
Al lugar de los hechos asistieron observadores de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, personal de la Agencia de la ONU para Refugiados (ACNUR), La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) y diversos medios de comunicación.
Bajo el lema de ¡No somos delincuentes, somos humanos buscando un mejor destino! Trataron de impedir fueran detenidos y llevados a la estación migratoria. Sin embargo, las autoridades les explicaron que era necesario un ingreso ordenado y bajo la legalidad.
Cerca de 15 centroamericanos tras sentirse «encapsulados» por las corporaciones, optaron por brincar las vallas de un terreno aledaño y emprender la huida.
Los demás eligieron subir a los autobuses del INM para recibir atención alimenticia, médica y de aseo personal en la estación migratoria siglo XXl ubicada en Tapachula Chiapas y posteriormente analizar de manera individual cada uno de los procedimientos legales para su estancia en México.
