El castigo reafirma un principio: en Chiapas, la tentativa de feminicidio no quedará impune. El reto sigue siendo frenar la violencia antes de que ocurra
Aquínoticias Staff
Un intento de feminicidio en Palenque no fue invisibilizado ni reducido a una agresión menor: el Poder Judicial del Estado de Chiapas dictó 30 años de prisión a José “N” por intentar asesinar a una mujer. La sentencia fue emitida por el Juzgado de Control y Tribunal de Enjuiciamiento del distrito judicial de Catazajá-Palenque, luego de acreditar la responsabilidad penal del acusado mediante pruebas desahogadas en audiencia oral.
El caso marca un precedente para un delito que muchas veces queda atrapado entre la impunidad y la revictimización. Esta vez, la víctima fue escuchada, y el intento de homicidio fue juzgado como lo que es: una agresión directa contra la vida por razones de género. La identidad de la mujer se mantiene reservada por seguridad.
Más allá del castigo, lo que está en juego es el derecho de las mujeres a vivir sin miedo. En una entidad donde persisten altos niveles de violencia feminicida, sentencias como esta pueden enviar un mensaje claro: no habrá indulgencia frente a quienes intenten asesinar a una mujer por el hecho de serlo.
La pena incluye también el pago por concepto de reparación del daño, y el tribunal negó cualquier beneficio derivado de la condena. No es una concesión: es el mínimo que exige una ciudadanía harta de crímenes sin justicia y de agresores con privilegios legales.
A pesar del avance, el desafío continúa: este castigo llega después del intento de asesinato. Falta una justicia preventiva, una estructura que detecte los signos antes del ataque, una comunidad que proteja, no que calle.