La Primera Encuesta Nacional Sobre Gestión Menstrual (ENGME) destaca que 8 de cada 10 mujeres no sabían nada sobre la primera menstruación
Berenice Chavarria Tenorio / Cimac Noticias
Ciudad de Mexico.- Días antes de que llegara su primera menstruación, Elia robó unas monedas a su mamá para poder comprarse un dulce. El caramelo tenía un color rojo intenso, característica que en ese momento no representó una preocupación para la niña. Sin embargo, un par de días después notó que sangraba; había comenzado a menstruar. Elia preguntó a su madre el motivo de este sangrado, a lo que la mujer respondió: es un castigo de Dios por el dulce que comiste. Así vivió Elia por años, pensando que un proceso natural en su cuerpo era una represalia divina.
Como Elia viven miles de mujeres en Mexico: sin información para acceder a una gestión menstrual digna, así lo reveló la Primera Encuesta Nacional Sobre Gestión Menstrual (ENGME), que destaca que 8 de cada 10 mujeres no sabían nada sobre este proceso cuando tuvieron su menarquia (primera menstruación).
La falta de información es uno de los desafíos para alcanzar una menstruación digna. En ese sentido la encuesta, realizada en conjunto por Menstruación Digna México, Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y Essity (empresa enfocada en higiene y salud), destacó que la escuela no está siendo un espacio que eduque ya que solo 4 por ciento de las persona encuestadas hablaron sobre menstruación con una profesora o profesor.
Además, siete de cada 10 señalaron que su mamá fue la primera persona con quien hablaron sobre menstruación, pues el 44 por ciento se sentía incómoda platicando con un hombre (aunque sea familiar) y 52 por ciento con sus colegas o amigos hombres. Lo anterior ha provocado que seis de cada 10 mujeres deseen no menstruar por la falta de conocimiento e información.
No se cuenta con servicios e infraestructura para menstruación digna
El porcentaje de adolescentes, mujeres encuestadas que no cuentan con la infraestructura necesaria para la gestión menstrual, en su trabajo o escuela, es poco más del 15 por ciento.
Cabe destacar que en la encuesta participaron mujeres en un rango de 12 a 70 años de edad. Quienes en un 56 por ciento acusaron que sus escuelas o centros de trabajo no las proveen de productos de gestión menstrual.
En ese sentido, la mitad de las encuestadas afirmaron que tuvieron que dejar de adquirir productos básicos como alimentos, servicios o medicamentos, para poder comprar toallas sanitarias, ya que este producto de gestión menstrual es el más utilizado por las mexicanas.
Sumado a lo anterior, los productos básicos para una buena higiene en el lugar de trabajo o escuela, como el papel higiénico y el jabón son escasos, así lo acusaron una de cada cuatro mujeres, adolescentes y niñas.
Mujeres a favor de que se otorguen permisos menstruales
El documento estadístico también reveló que 88 por ciento de las personas encuestadas están de acuerdo con que se otorguen permisos menstruales en escuelas y trabajos, ya que una de cada tres mujeres experimenta dolores muy fuertes o incapacitantes, lo que representa un problema de salud que debe analizarse por las instituciones mexicanas, y es que el temor y desinformación ha provocado que solamente cuatro de 10 mujeres busquen atención médica.
¿Qué falta en México para que las niñas, adolescentes y personas menstruantes puedan vivir una menstruación digna?
Sam, adolescente que participó en la presentación de los resultados de la Encuesta, aseguró que no se cuenta con los elementos suficientes para cubrir sus necesidades al hablar de menstruación. Ante este panorama las organizaciones plantean que el principal reto es diseñar mejores políticas públicas y programas de educación menstrual y atención a la menstruación en las escuelas y empresas.
Lo anterior ya que nueve de cada 10 personas encuestadas considera muy importante implementar iniciativas sobre el tema, además de socializarlas, pues más del 85 por ciento afirmó desconocer cualquier tipo de ley local sobre gestión menstrual o sobre alguna reforma educativa en su estado.
Esto para que las mujeres, niñas y adolescentes puedan vivir su menstruación como siembre debieron haberla vivido: de una manera digna.