El pueblo tiene la culpa
Ante el evidente fracaso en el manejo de la pandemia, el maromero mayor de la 4t, el Dr Gatell, ya no sabe que decir ni cómo justificarse. Lo importante para él es que el presidente está fascinado con su elocuencia y la manera en que al más claro estilo presidencial le saca la vuelta a todo con diestra habilidad. Hay evidencia documentada en múltiples videos de sus conferencias que dejan en claro sus contradicciones, desaciertos e indefiniciones.
Su momento más patético como epidemiólogo fue el 16 de marzo, hace 4 meses, cuando el presidente dijo que se sometería a los protocolos establecidos por los médicos, los científicos y le preguntó a Gatell ¿Es necesario que yo me haga la prueba? y el contestó que «no, que eso correspondía a una visión fuera de lugar… casi sería mejor que tuviera coronavirus porque lo más probable es el se va recuperar y va quedar inmune, la fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio».
Ni cubrebocas, ni pruebas
En todo momento, Gatell rechazó la necesidad de usar cubrebocas y realizar pruebas de detección con lo cual se aislaría a las personas para evitar una mayor propagación. Fue hasta que la Organización Mundial de la Salud, insistió en el tema que cedió y comenzó a sugerir su uso en el caso del cubrebocas. Las pruebas se han aplicado parcialmente resultando que hay personas a las que el virus ataca agresivamente y mata, incluso antes de recibir los resultados. En algún momento llegó a sugerir hasta un 80% de los mexicanos serían contagiados y todo parece indicar que la apuesta del gobierno para ahorrarse gastos fuera la inmunidad de rebaño. Resulta que de 311,486 casos confirmados al 14 de julio, han muerto 36,327, es decir el 11.66%.
Fallaron las predicciones
Gatell dio con absoluta seguridad fechas para el famoso pico y la curva de la epidemia. Muchas personas se encerraron en sus casas, cerraron sus negocios, tomaron sus previsiones, usaron caretas, cubrebocas, gel antibacterial, gracias a lo cual se evitó en algunos casos la saturación de los hospitales. Los 3 meses se volvieron 4 y ahora Gatell dice que vamos a la mitad.
México tiene junto con Brasil y los Estados Unidos, el mayor de número de muertos en el continente. El presidente sale a decir que no se deben hacer comparaciones. «La epidemia de diabetes que tenemos en México, también de obesidad, hipertensión, México es uno de los países que ha tenido el más grande daño poblacional por la mala nutrición» dice Gatell. Pero las muertes no se deben necesariamente a eso. Esa comorbilidad también está presente en otros países donde la proporción es menor. Los resultados positivos tienen que ver con un manejo adecuado, distinto al que irremediablemente tomaron en nuestro país.
El caso de Costa Rica
Costa Rica, por ejemplo, tiene un 34% de obesidad, México 75%, pero sus cifras son contrastantes. Con 5 millones de habitantes, equiparable a Chiapas, tiene confirmados 8,482 y solo 36 muertes. Su tasa de crecimiento económico es 2.2%, la misma que México tenía antes de la 4t. A los pacientes que dieron positivo se les emitió la orden de guardar aislamiento en sus casas por 14 días y reciben seguimiento telefónico diario (o presencial según lo amerite) por parte de un equipo médico. Las autoridades habilitaron una aplicación que ayuda a encontrar casos sospechosos y establecer niveles de riesgo. Siguieron las recomendaciones de la OMS para la detección temprana de los casos, las pruebas, el aislamiento de los mismos, la trazabilidad de los contactos, así como brindarles atención. Se fabricó Gel antibacterial distribuyéndolo en masa en todo el país. Las universidades públicas se elaboraron respiradores para las unidades de cuidados intensivos en el país. Se elaboraron miles de piezas de ropa hospitalaria. Se apoyó a las personas desempleadas con un monto equivalente a unos 5 mil pesos mexicanos mensuales. Las fuerzas de seguridad dedicaron a apoyar la vigilancia del cumplimiento de las normas restrictivas emitidas y a hacer llamados de atención cuando así se requería. El Congreso además aprobó legislación la flexibilización de contratos laborales para evitar despidos y un plan de alivio fiscal que establece una moratoria en el pago de algunos impuestos. El Centro Nacional de Innovaciones Biotecnológicas desarrolla, con el apoyo de ONU, pruebas propias de diagnóstico y el Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud colabora en los temas de vacunas, antivirales y tratamientos. La mayor parte de la sociedad costarricense ha respondido adecuadamente a las instrucciones de las autoridades y ha actuado con responsabilidad.
De mal en peor
Una pequeña nación centroamericana nos ha puesto el ejemplo. En México los apoyos fueron discrecionales, insuficientes y desordenados. Los insumos médicos fallaron. El desempleo es alarmante y la situación empeora cada día. La Universidad John Hopkins señala que México se convirtió en el segundo país con mayor letalidad en el mundo, con 12.3 personas fallecidas por cada 100 mil habitantes. Estima que podrían morir hasta 135 mil personas, 4 veces más que ahora.
Gatell se lava las manos, pero no para protegerse del virus. Culpa y responsabiliza a los estados. Lo peor es que señala como responsable al pueblo bueno y sabio. La maquinaria propagandística en redes sociales apuntan a culpabilizarlo por no saber cuidarse. La 4t es se ha vuelto experta en buscar culpables en vez de ofrecer soluciones. No se ven al espejo. Saben que ahí se encuentra el verdadero culpable de la tragedia sanitaria y económica que vive México. Por cierto: ¿Ya compraron su boleto para la rifa del Avión?