A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

Visit México

Conocí a Miguel Torruco, nuestro actual secretario de Turismo Federal, siendo yo el secretario de Turismo del estado por allá del 2010 en un evento realizado por la Asociación Mexicana de Hoteles en la ciudad de Palenque. Tuvimos una jornada de trabajo en la que Miguel nos contó de su especial cariño por Chiapas. Su madre fue la actriz mexicana de la época de oro del cine mexicano María Elena Marqués y su padre Miguel Torruco Castellanos, nacido en Palenque, Chiapas en 1920, quien fue también actor y capitán aviador.

Miguel es un bonachón. Cuenta con orgullo que de joven fue Bell Boy en un Hotel de Reforma hasta alcanzar el puesto gerencial. Se formó en la carrera de turismo, fue académico y fundó una escuela que ha preparado a jóvenes en la materia. Ocupó la Secretaría de Turismo en la Ciudad de México y se adhirió a la campaña de López Obrador al igual que algunos empresarios.

Lo recuerdo crítico y combativo. Lleno de ideas. A su manera de ver, el turismo no se manejaba bien en el país. Debía estar en manos de alguien proveniente del sector que conociera sus debilidades, fortalezas y oportunidades. Alguna vez nos invitó a cenar a su casa en la Ciudad de México donde nos mostró devoción por los Beatles y su admiración por la cultura egipcia. Su hija es esposa de Carlos Slim Domit, hijo del conocido magnate mexicano de quien es consuegro.

Enterrador

Se ganó la confianza de López Obrador. Llegó al cargo con todo el entusiasmo para impulsar y detonar el turismo en nuestro país. Nunca imaginó que le tocaría trabajar con un presidente que no entiende ni remotamente el funcionamiento de ese sector. Terminó haciendo el papel de enterrador del Consejo de Promoción Turística (CPTM) y el programa de Pueblos Mágicos. Desde su óptica pueblerina, el presidente decidió que el gasto para mantener las oficinas de promoción en el extranjero era oneroso y determinó cerrarlas. Le confirió en ese papel a las embajadas y consulados. Su función es otra y los diplomáticos de carrera no están para eso. Miguel lo aceptó sin chistar.

La oferta en campaña de trasladar la Secretaria de Turismo a la ciudad de Chetumal tampoco se concretó. La austeridad republicana no permitió ponerla en funcionamiento. Después vino el problema del sargazo en las playas de la Riviera Maya lo cual impactó fuertemente en la afluencia turística. Ni la Secretaria de Turismo, ni la Semarnat, se pudieron hacer cargo del problema. El presidente mandó al ejército y la marina. Ya sabemos que ahora lo ocupa para todo.

Mal comienzo

El primer golpe asestado por esta administración fue la cancelación del NAIM. Las proyecciones de México eran que pasaríamos de 44 a 65 millones de visitantes en los próximos años. El nuevo aeropuerto de Santa Lucía no se acerca ni remotamente al que se estaba construyendo en Texcoco con un avance muy importante. Será un aeropuerto funcional pero austero dijo el presidente. En todo el mundo se siguen construyendo modernos y funcionales aeropuertos con todas las características para satisfacer a los viajeros internacionales. Miguel tampoco dijo nada.

Austericidio

Lo que más ha dañado a la Secretaría es el recorte tajante al presupuesto destinado a la infraestructura turística. La última ocurrencia del presidente fue proponer la cancelación de los puentes vacacionales para que las celebraciones cívicas no pasaran inadvertidas. Miguel se vio obligado a tratar de convencer al presidente y terminó sugiriendo otra ocurrencia, que se hicieran puentes, pero en otras fechas.

El sitio web

Lo más reciente fue la cancelación de la página «Visit México» que la secretaría tiene para promocionar internacionalmente nuestros destinos turísticos. Días después aparecieron traducciones del español al inglés y el estado de Guerrero se convirtió en «Warrior». Lo mismo que otros nombres como si hubieran utilizado un traductor de Google. Miguel dijo que hackearon la página y anunció una demanda ante la FGR.

La pandemia, golpe fatal

La verdad uno no entiende como es que personas como Torruco, sin ninguna necesidad, aceptan trabajar en esas condiciones. Su papel está dejando mucho que desear. No hay manera, bajo esa premisa, de que pueda recuperar el lugar que México llegó a tener en administraciones anteriores. Por si faltaba más vino la pandemia. Los hoteles, restaurantes, líneas aéreas, agencias de viajes, están por la calle de la amargura. Los obligaron a cerrar. No hubo ni una sola medida de apoyo económico, fiscal o crediticio. Decenas de miles de trabajadores han perdido sus empleos. Muchos negocios han quebrado. Pero Miguel Torruco hace como que la virgen le habla. Lejos está de lograr lo que alguna vez soñó hacer en esa importante dependencia para la economía de nuestro país. Lo lamento por él.

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