A Estribor / Juan Carlos Cal y Mayor

Tirano

Escribo estas líneas habiendo conocido el fallo del TRIFE respecto a la negativa de registro como partido político a México Libre. Apenas se dio la noticia y los odiadores de Felipe Calderón lo celebraron como una enorme victoria. No quisieron conocer el veredicto en las urnas. No dejaron que el «pueblo» en un ejercicio democrático juzgara el destino de un partido político. No les importa que opine la mayoría, sino lo que decida «su» mayoría.

Ellos, los que votaron por López Obrador, un tercio del padrón electoral, se han erigido en la Santa Inquisición. Deciden por todos. Aplauden que el presidente haga un uso faccioso y abusivo del poder. Acaso ignoran que algún día ese poder también los puede aplastar. Exacerban al verdugo con su fanatismo. Aplauden la frialdad con la que decapita a sus víctimas. Aquel que dice que la venganza no es su fuerte y ahora quiere linchar a cinco expresidentes.

Son los mismos para los cuales el PRIAN ya no debiera existir. Que se regocijan diciendo que la oposición está moralmente derrotada. Que atropellan dentro de Morena a quien se atreve a disentir. ¿Acaso no se dan cuenta que están abonando a construir los cimientos de una dictadura? ¿De verdad quieren que el presidente se reelija? ¿Qué el poder legislativo y el poder judicial estén al servicio de un solo hombre? ¿Qué tengamos un partido de estado? ¿Qué volvamos a los tiempos donde la pluralidad no tenía cabida?

Critican la obsolescencia de los viejos partidos. Niegan a los ciudadanos el derecho a formar otros por el solo hecho de no comulgar con la 4t. Repugnan la democracia. Aplauden la sumisión de la Corte a los dictados del presidente. Simulan comprar boletos de la rifa de un avión que nunca se rifó. Creen que el tren maya y la refinería de Dos Bocas nos va sacar de la pobreza. No les importa que se pierdan millones de empleos. Que los pequeños negocios tengan que cerrar sus puertas. Que estén acabando con las finanzas públicas. Que unas cuantas empresas se despachen con la cuchara grande con multimillonarios recursos mediante adjudicaciones directas. Que la mafia del poder ahora vaya de la mano con el presidente.

El sometimiento del INE y el Tribunal Electoral les tiene sin cuidado. Quieren un arbitro vendido para ganar a como de lugar. No les importa jugar a la vista de todos con los dados cargados. Un ejercicio despótico del poder. Que intimida, amedrenta y amenaza a sus adversarios. Es el caso del magistrado ponente que desestimó todas las pruebas que le hicieron llegar para comprobar el origen por transferencia bancaria de un millón 200 mil pesos. Se olvida que hace unas semanas el presidente reconoció recibir para su causa en efectivo y sobres manila una de varias «aportaciones» por más de un millón de pesos. El mismo al que el año pasado la UIF (Unidad de inteligencia financiera) le descubrió ingresos millonarios, esos si de procedencia incierta. ¿Acaso más de un ministro se encuentra en esa situación?

Habiendo negado el registro a México Libre con falaces argumentos, estará demás decir que el TRIFE actuó bajo sospecha. Que ya no tenemos árbitro. Con ello habrán violado los derechos políticos, no solo de Margarita Zavala o Felipe Calderón, sino de decenas miles de ciudadanos en todo el país. Después no se sorprendan de que prive la anarquía y el descontento social. Que en lugar de participar en las elecciones la genta salga a la calle a pedir la renuncia del presidente. Que a donde quiera que vaya no tenga paz sino reclamos. Que la gobernabilidad se le vaya como agua entre las manos y termine convirtiéndose en un tirano…

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